Leopoldo Breshi y su colega Ian Watt, ingenieros civiles chilenos, que visitan Ecuador para compartir su experiencia sobre la aplicación de tecnología para minimizar los impactos de los movimientos telúricos sugirieron la incorporación de elementos de la ingeniería mecánica en las edificaciones para enfrentar los riesgos.

Esa es la experiencia que esperan transmitir durante su permanencia en el país, que sufrió un terremoto de magnitud 7,8 el pasado 16 de abril, donde tenían previsto mantener reuniones con autoridades del gobierno y sectores privados, indicaron los expertos en el programa Ecuador No Para, transmitido por El Ciudadano TV en coproducción con ANDES.

Breshi expuso que se puede poner elementos de aislación en la interfase entre el suelo (la fundación) y la estructura que bloquean la entrada de la energía producida por los terremotos.

Esta tecnología ya se aplica en países como Nueva Zelanda, Japón, Corea, Rusia, Turquía, Perú, Colombia y Chile país donde es obligatorio que, por ejemplo, los hospitales públicos tengan un sistema de aislación sísmica, añadió.

“Está la tecnología del amortiguamiento, un concepto mecánico, que usan los automóviles, ese mismo tipo de sistema incorporándolo a los edificios (…) eso permitiría tener edificios en que el impacto de un terremoto sea mucho menor”, sostuvo.

Explicó que en un terremoto el nivel de aceleración es lo que puede ocasionar que un edificio se caiga. “En el ámbito nuestro (la ingeniería civil), la aceleración, o sea el cambio de velocidad que pueda tener ese movimiento es lo que genera fuerza de inercia importante que tiene que, en algún modo, afirmarse”, explicó.

A través de los elementos de aislación sísmica la aceleración se reduce fuertemente la aceleración lo que, en un estado ideal, podría hacer que incluso ni se sienta, sostuvo el ingeniero chileno, docente en el departamento de Estructuras de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica en su país.

Ian Watt Arnaud, ecuatoriano nacionalizado chileno, y magister en Ingeniería por la Universidad Católica de Chile, dijo que esta tecnología no es necesariamente más cara cuando se incorpora todo el costo económico del daño y la recuperación del edificio en caso de una eventualidad. Podría bordear entre el 2 y el 4% más de costo y un desarrollo de proyecto un poco más complicado, indicó.

“No estamos hablando de costos significativamente más altos de los que ya existen y, de todas maneras, versus el potencial daño, hay que incorporarlos, nosotros no vemos otra alternativa que eso”, manifestó.

Breshi retomó la idea y señaló que es fundamental optimizar el uso de esa tecnología para aplicarla, por ejemplo, en las viviendas sociales.

Planificar a futuro

Watt dijo que no hay impedimento para volver a edificar en las denominadas “zona cero”, los sectores que sufrieron la mayor devastación luego del terremoto del 16 de abril.

Añadió que Ecuador debe implementar una planificación con proyección al futuro que determine cómo quiere que la infraestructura se “comporte” en eventos de magnitud.

“El país tiene que prepararse estratégicamente para esto. Tiene que dar, desde arriba, una visión estratégica de cómo quiere abordar estos problemas, planificando ubicaciones y dando las directrices de lo que va a permitir y lo que quiere hacer”, dijo.

Breshi y Watt tenían previsto sostener reuniones en Ecuador con la ministra de Desarrollo Social, viceministro de Vivienda, Transporte y Obras Públicas y con la Cámara de Industria de la Construcción y sectores privados de Quito y Guayaquil.