Espinel recordó que el gobierno de Daniel Noboa anunció la salida de Ivonne Baki de la Embajada ecuatoriana en Estados Unidos, y adelantó que el cargo sería ocupado por Soledad Peña. Sin embargo, a pocos días de la noticia se percataron de que no cumplía los requisitos. «Coincidencialmente, uno de los asambleístas del partido de Gobierno decide incluir en el informe para segundo debate esta reforma», alertó.
Para Espinel, estas reformas «a la carta» y con cierta direccionalidad denotan un manejo irresponsable del Estado, pues un cargo de tal relevancia debe pasar por el cumplimiento de los requisitos establecidos, no por desmerecer el trabajo de los jóvenes, sino porque existen ciertos temas de por medio que requieren el conocimiento del área, como la Ley Idea, que propone que el 99% de los productos que exporta Ecuador no tenga arancel en EE.UU.; o el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), para regularizar la situación migratoria de cerca de un millón de ecuatorianos que residen en ese país.
«El hecho de que tengamos un embajador que responda a la carrera diplomática es importante, y lastimosamente este tipo de reformas, además de irrespetar el Estado de Derecho y del trabajo de la Embajada», acotó Espinel.
Señaló que otra de las preocupaciones es que con esto se busque una devolución de favores, pues Peña Plaza es hija de Eduardo Peña, presidente del Consejo Directivo del IESS. Espinel espera que con esta alerta se impida que estas acciones se sigan llevando a cabo en el país, y que la confianza del Presidente de la República en su equipo vaya acompañado de la capacidad de los funcionarios para sacar adelante al país.
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