Jorge Ruiz, presidente de la asociación que agrupa a estos establecimientos, indicó que los usuarios inicialmente dispondrán de 90 minutos para ejercitarse de manera individual, que por ahora no habrá dinámicas colectivas.
El dirigente detalló que concluido ese tiempo ingresará otro grupo, que los locales operarán con menos de la mitad de usuarios con los que trabajaban antes de la emergencia sanitaria por el coronavirus.
«Si en un gimnasio ingresaban 60 clientes, habrá 25, no hay un aforo determinado en porcentaje porque hay locales más amplios, como las discotecas», comparó Ruiz.
Según el dirigente, la asociación registra 300 gimnasios en Guayaquil. Comentó que 270 estarían listos para una reapertura, puesto que ya hace semanas aguardaban por el aval para retomar actividades, ya adoptadas en sus infraestructuras las normas sanitarias para minimizar el riesgo de contagios del virus.
Sostuvo que de los 300 negocios, diez quebraron debido a la crisis económica y 20 ya no disponen de local porque dieron por concluido sus contratos de arrendamiento.
«Quieren abrir, están buscando local, pero por ahora tienen embodegadas las máquinas», expuso.
Dentro del plan de reactivación económica de la ciudad porteña, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Guayaquil autorizó la atención en centros de ejercitamiento a partir de septiembre, además de parques, pero no de canchas, según la especificación de la alcaldesa Cynthia Viteri, presidenta de COE cantonal.
Leonardo Quezada, propietario de gimnasios Taurus, de los que hay dos establecimientos en el norte de Guayaquil y un tercero en La Joya, Daule, recordó que el 23 de junio retomaron la atención en este último cantón, cuyo semáforo sanitario permanece en color verde desde el 2 de junio.
«El primer mes como si la gente estaba con dudas, luego ya empezó a venir y no hemos tenido novedades en dos meses», subrayó Quezada.
Con la declaratoria de emergencia sanitaria por el COVID-19, a mediados de marzo, que marcó el confinamiento casi general de la población, los gimnasios cerraron sus puertas. En redes, y a través de otros canales, los propietarios comunicaron que las membresías quedaban congeladas.
«Si tienen pendiente catorce días para completar el mes, lo pueden ocupar ahora que abrimos», mencionó Jesús, administrador del gimnasio El Olimpo, situado en el suburbio.
Él contó que personal del COE nacional ejecutó inspecciones, que debieron restar máquinas para ganar espacio y propiciar el distanciamiento.
La puesta de máquinas a prudente distancia es una medida adoptada, además de dispensadores de gel desinfectante activados con el pie, incluso hay la disposición estricta de no compartir las toallas.
Vanesa Urbano, del gimnasio Taurus, comentó que inspectores del COE nacional visitan los locales para constatar la aplicación de normas y que aprobada la visita cuentan con el aval. Dijo que también firman compromisos.
Nota Original: El Universo – LINK