El Gobierno de Ecuador presentó a la Asamblea Nacional, con carácter económico urgente, una reforma laboral que busca mejorar el empleo, aunque sectores sindicales temen el peligro de precarización.

El ministro de Trabajo, Leonardo Berrezueta, y el presidente del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Richard Espinosa, acudieron la tarde de este martes a la Asamblea para entregar el proyecto de reforma, que deberá ser tramitado en un mes por su carácter de urgente.

La presidenta de la Asamblea Nacional, la oficialista Gabriela Rivadeneira, recibió el texto del proyecto y anunció la anulación de un periodo de receso parlamentario previsto para estos días, con el objetivo de que la Consejo de Administración Legislativa (CAL) califique el proyecto para su trámite.

Rivadeneira invitó a las centrales sindicales y otras organizaciones sociales a participar en el tratamiento de la también llamada «Ley de Protección del Empleo», que estará a cargo de la Comisión de Derechos de los Trabajadores de la Asamblea.

La jefa del Parlamento aseguró que la Cámara tratará el proyecto legal con «absoluta responsabilidad», por lo que insistió en su invitación a trabajadores y empleadores a participar en las discusiones previas a los debates del pleno legislativo.

De su lado, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera del país, que ha criticado el manejo económico del Gobierno, ha expresado temores sobre la propuesta laboral del Ejecutivo, pues considera que podría llevar a una precarización del trabajo.

Mesías Tatamuez, dirigente del FUT, calificó la semana pasada a la propuesta del Gobierno como un «ensayo» del régimen para alcanzar una mayor flexibilización laboral, sobre todo en la modalidad de contratación para jóvenes y la reducción de la jornada de trabajo.

Según Tatamuez, la iniciativa del Ejecutivo no tiene un sustento técnico y pone la carga de las reformas «sobre los hombros de los trabajadores, nunca sobre los empleadores».

Aseguró que los sindicatos del país también alistan una propuesta «anticrisis», que incluso podrían discutir con el Gobierno, y en la que el peso de las medidas recae sobre los sectores más ricos de la sociedad.

Tatamuez indicó que la construcción de esa propuesta se hará con las bases sindicales en todo el país, con el apoyo de otros sectores de la sociedad civil, y dijo que el corolario de ese debate se expresará en una movilización prevista para el próximo 17 de marzo.

El ministro de Trabajo indicó, por su parte, que el proyecto entregado hoy a la Asamblea busca reformar la normativa actual para brindar un «empleo digno», como un derecho de los trabajadores.

Además, Berrezueta indicó que el proyecto tiene como objetivo estimular el diálogo entre trabajadores y empresarios.

El presidente del IESS indicó que la propuesta sobre el «seguro de desempleo» se constituye en un modelo de protección de los trabajadores y que permitirá la optimización de los recursos de la seguridad social, sin elevar las aportaciones de los afiliados.

La propuesta del Ejecutivo también ofrece incentivos para el «empleo juvenil» y una reducción de la jornada laboral, que la ley en vigor establece en 40 horas semanales, siempre que se produzca en situaciones especiales para las empresas, bajo un acuerdo con los trabajadores y tras la autorización del Ministerio de Trabajo.

El Gobierno ecuatoriano había anunciado hace algunas semanas la elaboración de la reforma laboral para impulsar y proteger el empleo, ante una delicada situación económica del país por la drástica caída del precio del petróleo, su principal producto de exportación, y la revalorización del dólar estadounidense, moneda que adoptó en el año 2000.