A solo unas semanas de las elecciones generales, la administración de Trump renueva su impulso para finalizar un acuerdo nuclear con Moscú, con la esperanza de que un tratado pueda obligar a China a reconsiderar su posición en las conversaciones trilaterales sobre armas.

Crédito: EFE.

Un funcionario de alto rango del Gobierno le dijo a CNN que el esfuerzo logró algunos avances cuando el asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump Robert O’Brien se reunió a principios de octubre con Nikolai Patrushev, el principal asesor de Seguridad Nacional del presidente Vladimir Putin.

La reunión, que tuvo lugar en Ginebra, dio pie para una reunión de seguimiento luego entre el enviado de control de armas de Trump, Marshall Billingslea, y su homólogo ruso, Sergei Ryabkov, dijo el funcionario.

Las dos partes llegaron a un acuerdo en principio, agregó el funcionario, pero se sigue trabajando en el tema y las conversaciones continúan.

Las reuniones fueron reportadas en primera instancia por Axios.

El progreso en estas conversaciones busca evitar el desmantelamiento definitivo del marco de control de armas posterior a la Guerra Fría. Este ya se ha visto afectado por la desaparición del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio.

Y también por el destino incierto del acuerdo Nuevo START sobre armas nucleares de largo alcance de Estados Unidos y Rusia, que expira el 5 de febrero de 2021.

La carrera de la administración de Trump para concluir las conversaciones con los rusos antes del día de las elecciones tiene varias motivaciones.

Trump ha señalado en repetidas ocasiones su interés en abandonar el acuerdo Nuevo START de tres décadas de duración. Este fue diseñado para reducir el riesgo de guerra entre Rusia y Occidente.

Tanto Putin como el contendiente demócrata de Trump, el exvicepresidente Joe Biden, han dicho que buscarían extender el tratado. Sin embargo, Trump sostuvo que solo aceptaría una extensión si ambas partes también acuerdan congelar todas las reservas de ojivas.

Estados Unidos también busca una forma de llevar a China a las conversaciones. Esto es algo a lo que tanto Beijing como Moscú han reaccionado sin entusiasmo.

El Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.

Nota Original: El Universo – LINK