La posición en materia económica del flamante presidente de la República, Lenín Moreno, fue calificada como positiva por varios expertos en el ramo.
En su primer discurso, tras su investidura, Moreno aseguró que sostendrá la dolarización y que no existirá “una moneda paralela”. Esto, en referencia al riesgo que se ha advertido por parte de expertos, en una emisión de dinero electrónico por parte del Banco Central del Ecuador (BCE), sin un adecuado respaldo.
“Vamos a sostener la dolarización (…). No tendremos una moneda paralela”, dijo el mandatario, al tiempo que indicó que impondrá un periodo de austeridad fiscal (firmará un decreto ejecutivo al respecto), y se apelará a diferentes medidas de inserción comercial de los productos ecuatorianos y a la dinamización del aparato productivo para atraer los dólares que requiere la economía.
Sobre el tema de la deuda pública, Moreno aseveró que siempre buscará una reingeniería para “rebajar los costos vinculados con los créditos vigentes y posteriores operaciones de endeudamiento”.