Para el marketing las crisis se convierten en una buena oportunidad para centrar sus esfuerzos en ofrecer la mejor experiencia y el máximo valor a los clientes. Es decir, en crisis, la estrategia no debería estar enfocada en reducir el presupuesto de esta área, sino en maximizar el rendimiento de las inversiones en marketing a favor de los clientes y del propio negocio.