El martes, 20 de febrero del 2018, poco a poco se conocieron los detalles sobre el nuevo ataque que los militares ecuatorianos sufrieran en El Pan, un poblado fronterizo de San Lorenzo-Esmeraldas.

EFE

El hecho se produjo pasadas las 18:00 del lunes. Los armados ilegales usaron un mortero artesanal, cuyas esquirlas hirieron a dos militares que permanecían desde la semana pasada en este sitio.

El martes, casi a las 00:30, los uniformados afectados arribaron a Guadalito, la población más cercana a El Pan. Allí recibieron los primeros auxilios, antes de su traslado a San Lorenzo.

En la mañana, un avión oficial los evacuó a Quito. Tras estos hechos, el general Agustín Proaño, jefe del Comando Operacional Norte -unidad a cargo de siete provincias fronterizas- se desplazó a San Lorenzo.

Desde el Batallón de Infantería Marina 11 (Bimlor), coordina las tareas de seguridad en El Pan y otros puntos conflictivos. El 20 de febrero, en entrevista con EL COMERCIO, el oficial señaló que el ataque a los uniformados salió desde la zona ecuatoriana y no desde Colombia.

“Las acciones fueron dadas en nuestro sector, en nuestro territorio”. ¿Entonces, una zona de El Pan está controlada por grupos armados irregulares? Proaño lo descartó, pero aseguró que hay gente nativa “involucrada con estas organizaciones”.

Ellos cruzan constantemente de un lugar a otro y ocasionan los problemas en suelo ecuatoriano. Los reportes de Inteligencia militar advierten que disidentes de las FARC, vestidos de civil, cruzan a las poblaciones rurales de San Lorenzo para descansar o esconderse de los ataques militares de Colombia.

Esa arremetida ha empujado a los armados a los límites de la frontera o a territorio ecuatoriano, advierten agentes que en este momento operan en San Lorenzo. Esta estrategia era utilizada por las FARC. Los guerrilleros cruzaban a Ecuador con ropa civil, pero no generaban hechos de violencia.

Ahora sucede lo contrario. Inteligencia admite que los disidentes son “grupos criminales” que no les preocupa generar incidentes o agredir a los agentes ecuatorianos. Otro de los puntos que estarían usando los irregulares es La Cadena. El martes, este Diario llegó a ese lugar, enclavado en medio de extensas plantaciones de palma. La situación en esta comunidad aparentemente es de calma, pero pobladores relatan que desconocidos vestidos de civil sí visitan el sector.

El sábado, por ejemplo, un hombre se comunicaba a través de un aparato. “Les alertaba que llegaron policías bien equipados y que iban para Guadalito”, comentó un habitante. Ese día, agentes del GIR y del GOE ingresaron en 10 camionetas a La Cadena y luego a Guadalito. Este último poblado es de los más vigilados por las autoridades.

Los militares lo consideran estratégico para las tareas de seguridad que se despliegan hacia otras zonas. Allí se levantaron puestos de descanso y se adaptó un área para la llegada de camiones y vehículos militares. Desde ese lugar se movilizan a El Pan. El ir y venir de soldados en Guadalito preocupa a sus habitantes.

Ellos temen ser objetivos de atentados, tomando en cuenta que están cerca (a 9 km) de la zona de los enfrentamientos. Otro poblado donde no se descarta la presencia de armados colombianos es Corriente Larga. Esta comunidad, de apenas seis caseríos, está frente a Puerto Rico, una zona de Nariño, en Colombia. Para cruzar solo hay que tomar un bote por USD 0,50.

El trayecto dura dos minutos. La gente de Corriente Larga dice que militares recorren el lugar en las mañanas y tardes. El martes, desde Quito, César Merizalde, jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., aseguró que estos hechos representan una “amenaza” para el país, en especial para las poblaciones fronterizas.

Por la mañana, Merizalde y el ministro de Defensa, Patricio Zambrano, visitaron a los soldados heridos, asilados en el Hospital Militar de Quito.

Édgar Cadena, director de esa casa de salud, informó que los uniformados ingresaron cerca de las 10:30. Los uniformados están fuera de peligro. Las esquirlas del mortero dejaron heridas leves, en el pie y en la espalda de los soldados. Mientras tanto, en San Lorenzo, la presencia militar es permanente. No solo hay soldados de la Marina y del Ejército en la selva; la FAE también sobrevuela regularmente la frontera con Nariño. El 20 de febrero, un Súper Tucano voló sobre Guadalito y El Pan hasta las 02:00.

Eso lo vieron los pobladores. El ministro Zambrano ya confirmó que detrás de los ataques se encuentran disidentes de las FARC. Por ahora, FF.AA. y Policía plantean crear un Mando Unificado para actuar en la frontera norte.

En contexto

Los enfrentamientos armados en la frontera norte ya dejan tres heridos. El subteniente del Ejército, Gabriel Núñez, resultó afectado en el primer ataque que se registró, el pasado sábado, en El Pan. Otros dos afectados fueron reportados en la agresión de este lunes.

Fuente: El Comercio