El Gobierno de Lenín Moreno considera al sector de la minería una prioridad nacional con el objetivo de impulsar la alicaída economía local, y con ello ha desatado un agrio debate entre progreso y medioambiente.

proyecto_mirador_eltelegrafo
Se busca que la minería aporte en un 4% en el 2021. Créditos: El Telégrafo

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) advirtió este martes de la amenaza que supone la minería industrial recientemente estrenada por Ecuador, que busca convertir este sector en el segundo más importante después del petróleo.

«No vamos a permitir este atraco que podría ir en contra de la soberanía de Ecuador», afirmó tajante el vicepresidente de Conaie, Manuel Castillo, al referirse a la minera en gran escala que acaba de iniciarse con las primeras explotaciones en el yacimiento de cobre Mirador, en el sur del país, la semana pasada.

En declaraciones, el dirigente indígena recuerda que hace dos o tres décadas cuando se iniciaron las prospecciones había cierto grado de ingenuidad entre las comunidades originarias en las áreas de influencia.

«Ahora vemos que hubo mucha contaminación y vemos con gran preocupación no solo el petróleo, sino la minería que está instalada en todas las provincias de Ecuador«, afirma Castillo.

Defensores de los recursos naturales de las zonas que según argumentan, sus antepasados poblaron durante miles de años, los indígenas se arrogan el título de ser «los dueños legítimos de los páramos y de la selva ecuatoriana» y censuran «el pretexto de que tienen que ser del Estado ecuatoriano».

Con la explotación minera industrial, el Ejecutivo aspira dotar al país de un balón de oxígeno hasta que otros motores de desarrollo que requieren de más tiempo, entre ellos el turismo, puedan alcanzar niveles similares a los de otros países de la región.

En este sentido, la Conaie se siente traicionada por el Gobierno puesto que en las mesas de diálogo exigieron el fin de las concesiones, que -asegura Castillo- no han cesado en ningún momento.

«Tuvimos que respaldar la consulta para conservar los territorios y en el diálogo dijimos que no debían dar más concesiones», lamenta, antes de avanzar que el próximo 23 de agosto habrá una gran asamblea de los pueblos y nacionalidades autóctonas para analizar su posición respecto al nuevo desafío que supone la minería a gran escala.

Vaticina que «va a ser peor que el petróleo, porque para extraer oro necesitamos una gran cantidad de agua y va a desencadenar problemas y consecuencias lamentables».

Y advierte que la estrategia seguida por autoridades y empresas dedicadas a estas explotaciones consiste en «desarticular» el tejido social ofreciendo trabajo a los dirigentes comunales, aunque confía en que «el pueblo no se va a dejar convencer, porque nuestro medio de vida y soberanía» está en peligro.

Crédito: EFE, aliado estrategico de FM Mundo