Ante la gravedad de la agresión a Ucrania, el deporte estableció este lunes un frente común para aislar a Rusia impidiendo su participación en las competiciones internacionales. La FIFA, la UEFA y la Euroliga decidieron expulsar a las selecciones y a los clubes rusos de los torneos que organizan.
El Comité Olímpico Internacional (COI) fue más tibio, aunque previamente había recomendado a las federaciones de todas las disciplinas deportivas la exclusión de Rusia y de sus representantes de toda actividad internacional.
Solo un día después de haber anunciado que no se podrían disputar encuentros internacionales en Rusia y de que esta no podría utilizar su nombre, bandera e himno, la FIFA, en consonancia con la UEFA, decidió expulsar a la selección y a los clubes rusos de sus competiciones, tal y como adelantó EL PAÍS.
El clamor de la gran mayoría de la comunidad internacional exigiendo medidas contundentes y aislacionistas como respuesta a la ofensiva de Rusia en Ucrania y el goteo de federaciones anunciando que no aceptarán jugar contra la selección y los equipos rusos en las competiciones futbolísticas ha sido definitivo para adoptar la decisión.
Los problemas organizativos de la Copa del Mundo ante la cadena de renuncias son el argumento principal que esgrimen internamente la FIFA y la UEFA por la imposibilidad de ceñirse a su propia reglamentación. El efecto de la medida será inmediato. Rusia queda eliminada de la repesca mundialista que debía enfrentarla a Polonia en la primera ronda, en Moscú el 24 de marzo, y posteriormente el 28, si vencía a los polacos y también en la capital rusa, al ganador del República Checa-Suecia.
El viernes, recién estallado el conflicto, Polonia, la República Checa y Suecia transmitieron a la FIFA por carta su negativa a jugar en Moscú. Veinticuatro horas más tarde, la federación polaca anunciaba que ya no comparecería ni para jugar en campo neutral. Este paso de más causó un terremoto en la FIFA, que desde entonces buscaba la forma de idear la expulsión porque jurídicamente no tenía una base sólida para ello.
El anuncio del domingo de vetar el territorio ruso para la disputa de partidos y prohibir el himno y la bandera fue calificado como “totalmente inaceptable” por el presidente de la federación polaca, Cezary Kulesza. “Nuestra postura no cambia, aunque jueguen \[los rusos\] bajo otro nombre”, advirtió el máximo dirigente del fútbol polaco. Previamente, Inglaterra también se sumó a la negativa a jugar contra Rusia. Francia, Gales y Dinamarca tomaron la misma vía.
Por su parte, la UEFA no solo expulsará al Spartak de Moscú de la Liga Europa, competición en la que debía enfrentarse al Leipzig en octavos de final, sino que este lunes también anunció la ruptura del contrato de patrocinio que mantenía con el gigante gasístico ruso Gazprom, que le reportaba unos 45 millones de euros anuales.
“La decisión es efectiva inmediatamente y cubre todos los acuerdos existentes, incluyendo la UEFA Champions League, las competiciones de selecciones nacionales de la UEFA y la Eurocopa 2024″, notificó el organismo europeo.
La Euroliga de baloncesto también se subió a la ola de sanciones a Rusia y suspendió la participación en la competición que lleva su nombre a los clubes rusos (CSKA de Moscú, Unics Kazán y Zenit de San Petersburgo) así como al que disputa la Eurocup (Lokomotiv Kuban Krasnodar).
El Zenit se enfrentaba hoy al Villeurbanne y el Unics Kazán, al Armani Milán. El jueves se disputaba el Unics Kazán-Villeurbanne y el Maccabi-Zenit. Para el viernes estaba fijado el CSKA Moscú-Real Madrid.
Fuente: El País – Nota original: LINK