Un promedio de 3,5 millones de metros cúbicos de sedimento es depositado en la cuenca del río Esmeraldas, cada seis meses, por la central hidroeléctrica Manduriacu.

Central Manduriacu
Foto referencial de la Central Manduriacu. Crédito: El Telégrafo

Entre el 2015 y el presente año, 27 millones de metros cúbicos de material lodoso han llegado al río Esmeraldas. Esto equivale al contenido de 450 000 volquetas, aproximadamente. Así lo calcula la Prefectura de Esmeraldas.

Solo entre el 2016 y mediados del 2018 se habrían evacuado hacia el río unos 15 millones de metro cúbicos de lodo. Estas cifras no han sido confirmadas por la hidroeléctrica, porque su vocero en Esmeraldas, el gobernador Pablo Hadathy, desconoce la cantidad real y total de desechos que salen de la central.

Él solo confirma que habrá otra descarga de 1 millón de metros cúbicos de sedimento este mes. La cantidad de material que llega puede variar durante los tres días que demora la operación, la cual se ejecuta desde el 2015, cuando entró a funcionar la hidroeléctrica que produce 60 megavatios de energía eléctrica para el país.

Según un comunicado de prensa del Ministerio de Energía, se conformó una mesa interinstitucional para monitoreo, control y ejecución de las maniobras de desalojo de sedimentos de Mandariacu, desde ayer. Paralelamente, el Ministerio del Ambiente vigilará el cumplimiento del Plan de Manejo Ambiental y normativa.

Según la Comisaría Ambiental de la Prefectura de Esmeraldas, en menos de tres años se registran ocho descargas con efectos negativos para el recurso hídrico y bioacuático. Han muerto miles de peces en el río Esmeraldas.

A través de un informe, la Comisaría Ambiental precisa que las descargas que recorren 184 km dejan secuelas por la cantidad de lodo que se mezcla con el agua y se acumula en las orillas. La central hidroeléctrica está ubicada en la parroquia Pacto, entre Quito (Pichincha) y Cotacachi (Imbabura).

La liberación de sedimentos afecta a poblaciones de los cantones Quinindé y Esmeraldas, dedicadas a la agricultura y ganadería, entre ellas Malimpia, una de las más afectadas por la muerte de peces.

La Comisaría de Ambiente de la Prefectura abrió un expediente el 2 de mayo de 2016, y planteó una denuncia el 17 de agosto de ese mismo año -en la Fiscalía de Quinindé- contra de la hidroeléctrica, que a fines del 2018 descargó 1,2 millones m³ de lodo hacia el río.

Fuente: El Comercio, nota original: LINK