Según el director del gremio, Gustavo Heinert, existen inversiones represadas en el sector por USD 457,6 millones debido a la falta de definición de esta política. De esta cifra, USD 360 millones corresponden a capital extranjero para desarrollar un ingenio en el sur del país. El programa de ecopaís forma parte del Plan Nacional de Eficiencia Energética del Ecuador (Planee), que lanzó el Gobierno anterior.
Uno de los componentes de esta política es la elaboración de biocombustibles a partir de insumos agrícolas renovables. La meta es reducir el consumo de las naftas, que el país importa para hacer gasolinas.
La agenda incluyó el desarrollo de biodiésel con aceite vegetal obtenido de palma africana y de piñón (semilla de un arbusto), y ecopaís o gasolina con etanol (alcohol anhidro) a partir de caña de azúcar.
En el gobierno del expresidente Rafael Correa se impulsaron investigaciones en el tema de la palma africana. En el 2007 se inició un pequeño proyecto para la producción de aceite de piñón en Manabí, como sustituto del diésel en la generación eléctrica para la Isla Floreana, en Galápagos. “Son dos generadores que abastecen la demanda de los 150 habitantes de la isla.
Dotan de energía las 24 horas. Antes solo se abastecían 16 horas”, dijo Marco Toscano, gestor ambiental de la Empresa Eléctrica de la provincia. En octubre próximo se iniciarán las pruebas para replicar el programa en Isabela, que tiene 3 000 habitantes, acotó.
Pero el proyecto de mayor proyección fue el de etanol para el combustible ecopaís. Las firmas Codana, Producargo y Soderal, destilerías de los tres principales ingenios (Valdez, Coazúcar y San Carlos, respectivamente) son las que generan el insumo, que se vende a Petroecuador para la producción de la “gasolina verde”.
El principal beneficiado del programa es el sector de transporte, que abarca el 42% del consumo energético del país, según la última actualización disponible del Planee (2016-2035) de la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec).
La venta de ecopaís se inició en el 2010 con un plan piloto en Guayaquil y hasta el 2017 se comercializó en el 50% del territorio nacional. Se trata del derivado con mayor demanda. La producción de etanol para el plan pasó de 3 millones de litros anuales en el 2010 a 80 millones de litros en el 2017.
El Director de Apale señala que aún hay posibilidad de crecer. Según el Decreto 1 665, en las mezclas de biocombustible se puede usar 10% de etanol, pero solo se incorpora un 5%. Heinert explica que ese 5% de alcohol anhidro redujo en un 17% la importación de naftas en el último lustro y, con ello, se impidió la salida de USD 1 657 millones en divisas.
Fuente: El Comercio