El combate a la corrupción, mal crónico en México, fue una de las banderas de campaña de López Obrador, quien asegura que no tolerará prácticas corruptas y con ello se conseguirá un millonario ahorro de recursos públicos.
«La ONU nos va a asistir, nos va a apoyar porque tiene una oficina» de transparencia y de combate a la corrupción, dijo López Obrador acompañado de Marcelo Ebrard, canciller designado de su gobierno. El respeto a los derechos humanos será el otro terreno en el que se buscará una estrecha colaboración con la ONU.
«Nos interesa que la ONU pueda constatar que en nuestro país se van a respetar los derechos humanos, que nunca más se van a cometer violaciones a los derechos humanos como han significado casos tristes, dolorosos, como el desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa», dijo López Obrador.
La noche del 26 de septiembre de 2014, un grupo de 43 estudiantes de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa, en el sureño estado de Guerrero, desaparecieron tras ser detenidos por policías de la ciudad de Iguala ligados con narcotraficantes. Estos policías, según la hipótesis de la fiscalía, entregaron a los jóvenes a narcotraficantes, quienes les dieron muerte para luego quemar sus cuerpos y esparcir sus cenizas en un río.
La desaparición de estos estudiantes desató una ola de indignación mundial y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en acuerdo con el gobierno mexicano, realizó con un grupo de expertos independientes una investigación que cuestiona la versión de la fiscalía.
López Obrador presentó en la rueda de prensa a Juan Ramón de la Fuente, un respetado psiquiatra que ha sido ministro de Salud y rector de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), como su candidato para ser embajador de México ante la ONU. El Senado debe ratificar este nombramiento. El izquierdista asume la presidencia el 1 de diciembre, tras ganar la elección del 1 de julio por más de 50% de los votos.
Fuente: El Telégrafo