En toda Francia hubo unos 32.300 manifestantes, de ellos unos 10.000 solo en París, una cifra al alza facilitada por el Ministerio del Interior.
«Después de esta jornada, al menos para mí, no habrá más manifestaciones. Habrá acciones de verdad, tendremos que proponer bloqueos. Hemos demostrado que sabemos manifestarnos, que no ha funcionado y que no hemos sido escuchados», indicó en las redes sociales uno de sus líderes radicales, Éric Drouet.
Esta décimo octava manifestación se considera crucial porque se cumplen cuatro meses de protestas y tiene lugar un día después del final del Gran Debate Nacional impulsado en enero por Macron para intentar atajar la crisis social y política desatada desde mediados de noviembre por los «chalecos amarillos».
«El gran debate lo que ha sido es una gran broma», denunció a Efe Quentin, un participante en la manifestación parisina, de 30 años y llegado expresamente de Nantes, en el oeste del país. En este tiempo, agregó, no ha cambiado nada a nivel político, pero «gente de diferentes medios ha aprendido a conocerse en favor de una lucha común».
El llamado RIC (Referéndum de Iniciativa Ciudadana) sigue siendo la principal reivindicación de los opositores, que también reclaman la disolución de la Asamblea Nacional y la constitución de una provisional «mientras se reorganiza el sistema».
La Prefectura de Policía de París movilizó a 5 000 efectivos, un número superior al de protestas anteriores, consciente de que esta jornada era delicada y coincidía, entre otras, con una marcha contra el cambio climático que reunió sin incidentes a 36 000 o 107 000 personas, según cifras policiales y de los organizadores.
Fuente: Agencia EFE – Nota Original: LINK