Alexandra Alvarado, directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, en entrevista en Notimundo al día con Ernesto Noboa, señaló que los últimos sismos registrados y sentidos en gran parte del Distrito Metropolitano están relacionados con el sistema de fallas de Quito.

Alexandra Alvarado, directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, en entrevista en Notimundo al día con Ernesto Noboa, señaló que los últimos sismos registrados y sentidos en gran parte del Distrito Metropolitano están relacionados con el sistema de fallas de Quito, y en Puembo hay un sistema secundario, que pertenece al sistema principal, que no tenía actividad desde el 2011. «Este es el segundo episodio conocido de actividad en este sector», afirmó.

Alvarado señaló, además, que los dos sismos, de 3.7 y 4.7, se generaron por la fractura en el suelo que originó que un bloque de la parte occidental se levante progresivamente sobre la parte oriental. «Estos dos eventos sísmicos están relacionados con la estructura geológica conocida como la falla o el sistema de fallas de Quito, que corre desde el sur de la capital en Tambillo hasta la Mitad del Mundo y tiene una longitud de 60 kilómetros», dijo la experta, quien añadió que hasta el momento se han contabilizado alrededor de cinco réplicas del primer sismo sentido el pasado lunes 8 de agosto.

Según el IG, la estructura geológica conocida como la falla o el sistema de fallas de Quito corre al Este de la ciudad a lo largo de las pendientes que miran hacia los Valles de Tumbaco y los Chillos, colinas que marcan el borde oriental de la ciudad y que las conocemos como las lomas del Tablón frente a Amaguaña, Puengasí, Ilumbisí, El Batán, La Bota y Bellavista-Catequilla en el extremo Norte de la estructura pasando Calderón.

Se trata de una falla inversa, es decir que uno de los bloque (el de Quito) se levanta respecto del otro (los valles) en contra de la fuerza de gravedad por fuerzas de compresión tectónica que empujan al continente desde el Occidente. Es esta la razón por la que Quito, a fuerza de sismos repetitivos en la historia geológica de su cuenca se levanta unos 400 metros sobre el nivel del Valle Interandino.