Unas 3.000 personas volvieron a salir hoy a las calles de Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, para protestar contra el Gobierno del presidente interino Michel Temer, quien asumió el cargo el pasado jueves después de que Dilma Rousseff fuera suspendida de su cargo.

En la manifestación se repitieron las consignas que acusan a Temer de ser un «traidor» por haber articulado la salida de Rousseff cuando todavía era vicepresidente de Brasil.

Los congregados, en su mayoría mujeres, pidieron la salida del presidente interino y el regreso de Rousseff, quien fue apartada de su cargo el pasado jueves por el Congreso para iniciar un juicio político con miras a su destitución.

La protesta, que transcurrió de manera pacífica, fue convocada a través de las redes sociales por movimientos estudiantiles, por las juventudes socialistas y la Unión Brasileña de Mujeres (UBM), entre otros.

Los manifestantes caminaron por la Avenida Paulista, el corazón financiero de Brasil, y se desplazaron hasta la Fundación Nacional de Artes (Funarte) en Sao Paulo, que fue ocupada por un grupo manifestantes y artista en protesta contra la extinción del ministerio de Cultura, que pasó a formar parte de la cartera de Educación.

Pese a que en Brasil se temía que la decisión de abrir un juicio que puede acabar definitivamente con el mandato de Rousseff fuera seguida de una gran agitación popular, hasta ahora los grupos que han protestado contra el juicio han sido reducidos.