El pasado 28 de abril una aeronave de TAME, que cubría la ruta Quito – Cuenca, perdió pista de aterrizaje. Desde ese día los vuelos en la pista del aeropuerto Mariscal Lamar se volvieron irregulares. Los primeros reportes hablaron de que las labores de recapeo realizadas en febrero de este año fueron la principal causa, pues la pista se vuelve resbalosa, lo que hace peligrosas las maniobras cuando llueve.

Asamblea Nacional

Para aclarar este tema, esta mañana compareció en la Comisión de Gobiernos Autónomos el Director General de Aviación Civil, Roberto Yerovi. En la reunión estuvieron también los asambleístas por Azuay, Rosana Alvarado y Diego Vintimilla, quienes siguen de cerca el tema, pues la suspensión de vuelos afectó a esa zona del país, lo que se demuestra con una baja significativa en el número de personas que visitan la capital azuaya.

Roberto Yerovi aclaró que no es responsabilidad de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) el aterrizaje o despegue de los aviones, pues cada compañía debe bajar el peso de la carga cuando existen condiciones adversas. Esta explicación generó controversia, pues para el asambleísta René Yandún, no tiene lógica que la DGAC se limite únicamente a informar sobre el tráfico aéreo. “¿Quién autoriza el despegue y aterrizaje de los aviones? Preguntó Yandún,  cuestionamiento al que Yerovi respondió diciendo que no es posible que ellos trabajen con el peso y balance de las aeronaves, porque eso es responsabilidad de cada línea aérea.

Ya habían antecedentes

Yerovi aseguró que antes de la intervención hecha en febrero no existían reportes de deficiencias en la pista. Sin embargo, cuando terminaron los trabajos y luego de realizar varias pruebas en donde se simulaba con motobombas agua en la pista, antes del incidente de abril, se envió un notam (alertas con información a tripulantes de las condiciones de operatividad) en donde se comunicaba de los riesgos que existían de operar con la pista mojada. Esa información se mandó a todo el mundo para que las aerolíneas conozcan los riesgos que existen. “El nivel freático es peligroso, porque hay agua bajo la pista”, aclaró.

El  pasado 4 de julio llegaron a un acuerdo con el Alcalde de Cuenca, la Corporación Aeroportuaria de Cuenca y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para solucionar el problema y la recomendación es realizar nuevamente trabajos  completos de recapeo.

Los asambleístas mostraron su preocupación, porque no hay indicios claros de responsabilidad. Por ahora lo que se espera es el informe de la Junta de Investigación de Accidentes, que determinará lo que realmente sucedió el 26 de abril. El análisis del tema seguirá en la comisión.