En NotiMundo al Día, Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos, explicó que la alerta nació por la presencia de aves muertas en las islas Wolf y Genovesa, por lo que se reunieron las autoridades competentes para recoger información de los guías que encontraron al menos 25 de estos animales sin vida.

Foto: EFE

Asimismo, recordó que desde noviembre de 2022, cuando se registró el brote de la enfermedad en el Ecuador continental, se están ejecutando acciones y protocolos para contrarrestar a la influenza aviar. «Hay varias emergencias sanitarias anunciadas en otras islas oceánicas y por ende sospechábamos que se trataba de influenza», apuntó.

Rueda calificó la situación como «bastante grave» para las aves marinas, pero también para otros animales, como los lobos marinos, los que a su vez pueden transmitir el virus a los seres humanos. Por ello, explicó que entre las acciones ejecutadas se estableció el cierre de los sitios de visita, no solo donde se reportaron las aves muertas, sino otros donde existen aves marítimas emblemáticas.

También detalló que las muestras tomadas ya fueron analizadas y se comprobó que se trataba de influenza aviar H5N1. Por ello se establecieron protocolos de bioseguridad en las embarcaciones de turismo, para evitar una afectación mayor. Una de las teorías que se manejan sobre el origen del virus es que se presentó en las islas que están más lejos del archipiélago, por ende, limitan con aguas internacionales y las aves del lugar se alimentan de ciertos peces que no son habituales en el país. «Allí también se alimentan otras aves migratorias», indicó.

Explicó que en todos los sitios de visita se está haciendo observación, para evitar que el brote avance y ponga en riesgo a otras especies de aves.

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