El candidato oficialista de Paraguay, Mario Abdo Benítez, un joven conservador con lazos a la última dictadura, triunfó el domingo en las elecciones presidenciales con su promesa de mantener el rumbo económico y atraer más inversiones al país productor de soja.

EFE

Abdo, del gobernante Partido Colorado, lograba el 46,46 por ciento de los votos frente al 42,72 por ciento de su principal rival, Efraín Alegre, de la alianza opositora de centroizquierda, con el 98 por ciento de las mesas computadas. “El resultado es irreversible”, dijo el jefe del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Jaime Bestard.

Su victoria fue mucho más estrecha de lo proyectado por los sondeos previos e incluso por algunas encuestas a boca de urna el mismo domingo y llevó a su rival a no reconocer la derrota.

Abdo, hijo del secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, que gobernó Paraguay con mano de hierro por 35 años hasta 1989, había llegado a la candidatura venciendo a la poderosa corriente del actual mandatario Horacio Cartes.