«Esta situación es realmente trágica para el sistema de justicia ecuatoriano, que no está funcionando como debería, sino que sirve a poderosos intereses políticos», sentencia en una entrevista con EFE este programador que lleva seis años residiendo en el país andino.
Vestido de negro de los pies a la cabeza, explica que su caso, sin precedentes en el país de acuerdo a su abogado, es el de un extranjero al que han buscado «como chivo expiatorio conveniente» y por el que «el Gobierno deberá rendir cuentas ante el pueblo».
Detenido el pasado 11 de abril en el aeropuerto de Quito cuando se disponía a viajar a Japón, para estudiar artes marciales, disciplina que sigue practicando y que le ayuda «a lidiar» con su situación desde el punto de vista anímico, Ola Bini pasó 70 días en prisión preventiva sin conocer cuál era su delito.
Su caso, aduce, está plagado de irregularidades que incluyen largas horas bajo arresto sin asistencia letrada, más de medio día sin que el Consulado sueco tuviera conocimiento de ello y el no haber sido informado de los motivos de su detención, quizá -agrega- porque las autoridades no disponían de pruebas del supuesto espionaje cibernético al que apuntaron.
«Nunca me preguntaron nada, ni me comentaron porqué era detenido», afirma.
I’m baaaack!
Verifying myself. /cc @olabini @freeolabini pic.twitter.com/a06e40wYXq— Ola Bini (@olabiniV2) June 28, 2019
Fuente: EFE – Aliado estratégico FmMundo