El vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner, considera lo ocurrido en Guayaquil «una lamentable excepción» de la situación en el país andino, donde asegura que en la gran mayoría de ciudades, salen de las urgencias más pacientes de los que ingresan.
Así lo sostuvo el sábado 11 de abril, en una entrevista con la agencia Efe en la que abordó la situación en Ecuador en el último mes y medio, donde los contagios se han disparado hasta 7 257 (segundo país de Latinoamérica después de Brasil) y los fallecimientos «oficiales» por covid-19 a 315.
La pandemia, reconoció, afecta fuertemente a la economía ecuatoriana y Sonnenholzner no descarta que, en el peor de los escenarios, pueda costarle «hasta un 10-12% de su PIB».
Considerada la Wuhan de Ecuador, Guayaquil se ha visto especialmente castigada por el virus, y por una crisis por la acumulación de cadáveres que desprestigió la gestión sobre el manejo de la pandemia y su sistema sanitario. «Estadísticamente, en muchas ciudades del país hay menos (gente) ingresando a las Emergencias. En Guayas hasta hace tres días, en el pico alrededor del 20 de marzo, ingresaban en centros de la Seguridad Social 2 000 personas al día por Emergencias. Esta semana están ingresando 700 o menos», aseguró el Segundo Mandatario.
De 37 años y en el cargo desde finales de 2018, Sonnenholzner no oculta su tristeza por los titulares sobre la situación en la que considera «su ciudad», e insiste que nunca se quemaron cadáveres en las calles (eso, dice, fue parte de una «campaña de noticias falsas» que «responde a otro tipo de intenciones»), ni el Gobierno la dejó a su suerte, como ha llegado a reclamar su alcaldesa, Cynthia Viteri.
Lo que ocurrió, explica, es que Guayaquil fue «una lamentable excepción», porque «con las mismas medidas (aplicadas en todo el país) tuvimos resultados diferentes». «Fue muy doloroso, sobre todo cuando tuvimos la mayor complicación», afirmó al recordar que llegó a pedir disculpas a la ciudadanía, en cadena nacional, por la crisis de los cadáveres.
La provincia de Guayas, y su capital Guayaquil, concentran el 72,9% de todos los casos de contagio a escala nacional y el 53% de los 315 fallecimientos oficiales (hay también no oficiales).
Turistas contaminados
Al ser preguntado por qué la situación se le fue de las manos al Gobierno precisamente en esa urbe, insiste en que, siendo verano, numerosos ecuatorianos regresaron al país de sus vacaciones en EE.UU., España y otros países, cuando el Ejecutivo decretó el cierre de fronteras y el aislamiento obligatorio el 16 de marzo.
«Lamentablemente las medidas de aislamiento para quienes retornaban de viaje no fueron cumplidas«, se quejó. Y trata de disipar la creencia de que los contagios comenzaron en Guayaquil el 29 de febrero y de que el Gobierno reaccionó tarde, recordando que el primero, segundo y tercer caso, se produjeron en Babahoyo, Quito y Ambato: «¡Y ninguna de esas ciudades tienen problemas!».
«La emergencia en 23 (de las 24) provincias del Ecuador ha funcionado de acuerdo a lo que nosotros anticipábamos y esperábamos. En Quito, por ejemplo, el crecimiento de contagios está dentro de lo esperado«, justificó.
¿Mejor o peor?
Sin restar importancia a la gravedad de la situación en su país ni en Guayaquil, después de haber recorrido personalmente 15 hospitales, recalca que los ingresos hospitalarios han descendido.
«En Guayaquil, incluso, ya ha disminuido el nivel de mortalidad por covid-19, lo cual nos tiene contentos pero no entusiasmados. Porque esto todavía puede demorar Dios sabe cuánto. Depende mucho también de la corresponsabilidad ciudadana«.
Argumenta que también otras ciudades y capitales del mundo «están pasando problemas serios, con deficiencias de salud». Recuerda que Ecuador fue el primer país de la región en adoptar medidas de excepción: «Nosotros bien o mal, en la parte de salud, hemos tenido posibilidad de atender a la gran mayoría de personas que han necesitado atención, y de entubarlas. Salvo en Guayaquil, no hemos tenido un desborde de la enfermedad».
Y en un claro mensaje a la alcaldesa guayaquileña, Cynthia Viteri, censuró a los que quieren «separarla como un lunar, creo que es un error inclusive de las autoridades que la representan».
En ese sentido, Sonnenholzner dio a la regidora «una linda recomendación que no me ha pedido»: «¡Que haga más y que hable menos!».
Cooperación internacional
Por el contrario, respaldó el llamamiento de la Alcaldesa a la cooperación internacional («jamás vamos a pecar de soberbios»), aunque recordó que, por un lado, ya se está recibiendo de países como Suiza, China, Corea, Singapur, OPS/OMS, y que, en las actuales circunstancias, es «limitada».
«El mundo entero está en emergencia, no solo Ecuador», recordó. El país también ha buscado en el plano económico esa cooperación internacional para poder afrontar las consecuencias socioeconómicas de la pandemia.
Sonnenholzner, cuyo nombre suena como posible candidato oficialista a las presidenciales de 2021, estimó que la pandemia podría costarle a su país «hasta un 10 o 12 % del PIB», teniendo en cuenta el peor de los escenarios. «El daño económico es muy grande. ¡Es duro!», afirmó al precisar que se calcula esa suma para un plazo de «seis meses» de emergencia nacional.
Se basa en una «paralización económica» como la actual, que puede llegar a costar «de 2 a 3 puntos porcentuales» mensuales entre gastos directos de la emergencia sanitaria, prestaciones sociales, caída del precio del petróleo y pérdida de la actividad comercial.
El presidente, Lenín Moreno, ha anunciado un paquete especial de medidas para recolectar entre USD 650 y 800 millones con los que afrontar la crisis que está generando esta pandemia, en la que millones de ecuatorianos se encuentran en situación de vulnerabilidad ante la imposibilidad de trabajar.
Fuente: El Comercio-Nota Original: LINK