Así consta en la declaración final de la cumbre, que tiene un tono consensual, pero con pocas medidas concretas.
La cumbre de las 20 mayores economías del mundo se celebró este año por videoconferencia bajo la presidencia de Arabia Saudita, país muy criticado por las organizaciones de defensa de derechos humanos.
A medida que la pandemia sigue avanzando en el planeta, con más de 57 millones de contagios y 1,3 millones de muertos, los presidentes o jefes de gobierno optaron por el consenso en la lucha contra el virus.
«Apoyamos plenamente todos los esfuerzos de colaboración», reza la declaración final, en referencia a los dispositivos de lucha contra el virus coordinados por la Organización Mundial de la Salud.
También se comprometen a «abordar las necesidades financieras globales restantes».
Estados Unidos anunció el domingo que espera empezar su campaña de vacunación a mediados de diciembre. Los laboratorios privados y los países del G20 han estado compitiendo con anuncios sobre el estado de sus futuras vacunas.
Sin embargo, en su declaración, el G20 no menciona la cifra de 28.000 millones de dólares, incluyendo 4.200 millones de emergencia, que exigen las organizaciones internacionales para luchar contra la pandemia.
El G20 también trató la compleja cuestión de los países pobres, que se está disparando como resultado de la crisis económica provocada por la pandemia.
El tema de la deuda
Los líderes del G20 dicen estar «comprometidos a implementar» la llamada Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), «incluida su extensión hasta junio de 2021», indica el texto.
29 de los países más favorecidos del mundo están utilizando este mecanismo para permitir a los países pobres endeudados con ellos suspender el pago de los intereses de sus deudas hasta junio de 2021.
Pero mientras que Naciones Unidas esperaba que este plazo se prorrogara hasta finales de 2021, el G20 deja en manos de sus ministros de finanzas el «examen» de esta cuestión el año que viene.
En este sentido el presidente argentino, Alberto Fernández, cuyo país está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró el sábado que tras su «enorme esfuerzo fiscal» Argentina pide «la acción del mundo y los organismos internacionales de crédito».
Las grandes potencias, que ya han gastado unos 11 billones de dólares para salvar la economía mundial, también dicen estar «decididas a seguir utilizando todos los instrumentos disponibles» para apoyar una recuperación «desigual» y «muy incierta».
La declaración final usa un tono más consensual que en las últimas cumbres del G20, marcadas por el conflicto por el clima y el comercio, muchas veces por las reticencias de Donald Trump.
En cuanto al medioambiente, las principales potencias reconocen que la lucha contra el cambio climático «se encuentra entre los desafíos más urgentes de nuestro tiempo».
En este sentido el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se quejó de las críticas a su país por su política medioambiental y presentó un balance en cifras para «repeler ataques injustificados de naciones menos competitivas y menos sostenibles».
Donald Trump, que había abandonado las rápidamente una reunión el sábado para ir a jugar al golf, aprovechó el discurso del domingo ante sus homólogos para criticar una vez más el Acuerdo de París, que según él «no fue diseñado para salvar el medio ambiente, fue diseñado para matar la economía estadounidense».
Y en lo que respecta al comercio, tras años de enfrentamiento entre la administración estadounidense de Trump y China, pero también con sus socios europeos, el texto afirma esta vez que «apoyar el sistema multilateral de comercio es ahora más importante que nunca».
Fuente: El Universo – Nota Original: LINK