El caso relacionado con los mensajes del responsable de un grupo armado de la frontera norte arrojan nuevos detalles. El 21 de mayo del 2018, este Diario conoció que el chat que un Mayor de la Policía mantenía con los disidentes de las FARC fue usado para confirmar el plagio de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, miembros del equipo periodístico de EL COMERCIO que fueron asesinados en abril del 2018.

EFE

El jefe de la Policía, Ramiro Mantilla, dijo que “fue preferible” obtener así la información, que “no tener nada y estar incomunicados”.

El Mayor intercambió los primeros mensajes con una persona que se identificó como alias ‘Tigre’, que resultó ser ‘Guacho’. El oficial recibía mensajes desde enero del 2018 y lo comunicó a sus superiores en febrero. Desde entonces, los comandantes sabían que un irregular hablaba con el Mayor de la Policía.

Por eso, ahora la entidad investiga posibles nexos entre el oficial y el disidente. La Fiscalía también indaga el contenido de los chats, pues en esos mensajes el armado realizó una serie de amenazas y habló de una supuesta reunión entre él y las autoridades para evitar ataques en la frontera.

Mantilla dice que el Mayor deberá responder por sus actuaciones y que no tenía autorización para mensajear a nombre de la Policía Nacional. Además, niega que la institución haya buscado un acuerdo “con delincuentes” y explica que los armados se contactaron con el Mayor para reclamarle por la detención de siete de sus hombres, entre octubre y diciembre del 2017.

“Le dicen que les dejen en libertad y que les dejen en paz a los muchachos”. Actualmente, en Ecuador está apresado alias ‘Cuco’, a quien se le considera mano derecha del responsable de la disidencia. Él pedía su liberación a cambio de entregar al equipo periodístico. El uniformado que ahora es investigado trabajó dos años en San Lorenzo (Esmeraldas) como policía comunitario.

En ese tiempo se encargó de la gestión administrativa y operativa del Comando en temas de seguridad ciudadana. Pero en esas labores obtuvo información de “fuentes humanas” y por eso colaboró en la detención de los integrantes del Frente Óliver Sinisterra. Tras quedar expuesto en febrero, el oficial fue trasladado al servicio de Inteligencia, por pedido de la Dirección de esa dependencia.

Pero, ¿cómo se concretó ese pase? Inteligencia levantó un informe en el cual se indicó que la vida del oficial corría riesgo y por eso se pidió el traslado. Mantilla dijo que la solicitud se planteó directamente al exministro del Interior, César Navas, quien autorizó el pase. El domingo 21 de mayo, este Diario intentó hablar con Navas, pero no fue posible.

En un inicio pidió que le llamaran en cinco minutos, pero luego ya no respondió. Ahora, el Mayor trabaja en Quito. Esta semana está previsto que se someta a la prueba del polígrafo.