Lloret explicó que para que se dé por concluida la intensa sequía se requiere una lluvia continua de -por lo menos- unas semana. Esto podrá contribuir a incrementar el caudal de los ríos y con ello aportar a los embalses de las centrales hidroeléctricas.
Por otro lado, denunció un trato discriminatorio por parte de las autoridades nacionales, pues una de las primeras zonas afectadas con los apagones fue precisamente la provincia del Azuay. «Se reunió el COE Nacional en Cuenca y la primera decisión que toman es quitarnos la luz; el corazón energético del país está en el Austro ecuatoriano, y resulta que no hay el mismo trato para el resto de provincias», añadió.
A su criterio, estas medidas responden a cálculos electorales, pues se habría dado preferencia a ciertas zonas que tienen un voto poblacional más importante. «Rechazamos esa forma en que se nos está colocando a la provincia», sostuvo Lloret.
En cuanto a la situación hídrica de la provincia, el Prefecto recordó que son cuatro ríos importantes los que atraviesan ese territorio y que forman parte de la cuenca hidrográfica del Paute. Sin embargo, la sequía y los incendios forestales, que ya han afectado a 4.600 hectáreas, ponen en riesgo el abastecimiento del líquido vital.
En este sentido, detalló que se han hecho acciones para contrarrestar el cambio climático, como la siembra de 250.000 plantas en un año y medio. Además, insistió en la necesidad de trabajar en conjunto, por lo que hizo un llamado a empresas como CELEC, para recuperar las zonas de recarga hídrica, especialmente junto a quebradas y ríos.