Según Pallares, hace un mes atrás empezó a recibir información respecto de Fausto Jarrín, abogado del expresidente de la República en el caso Sobornos y también legislador del correísmo, estaba trabajando como asesor en el Ministerio de Gobierno. Esa información se hizo más fuerte, dijo Pallares, cuando en días pasados se vio a Jarrín, Sensi Contugi, y el viceministro de Gobierno, Esteban Torres, salir de una cafetería ubicada en el norte de Quito.
Pero esta no era una simple reunión, alertó Pallares, pues recordó que Jarrín estuvo envuelto en el ala más polémica del correísmo, con antecedentes como la compra de la patrimonial casa Coloma, que se empezó a derrocar durante la alcaldía de Augusto Barrera, pero que por distintas denuncias y quejas se tuvo que frenar la obra. «Jarrín había pagado como USD 800.000», denunció Pallares, en una época que el exasambleísta tributaba muy por debajo de esa cifra.
Aunque Pallares asegura tener información que confirmaría la vinculación de Jarrín en la cartera de Gobierno, reconoció que su nombre no consta ni constará en la nómina, pues desde el Ejecutivo se deben «tomar los recaudos para que no aparezca».
Esto debido a los cuestionamientos que traería una noticia de este tipo. Sin embargo, son esos silencios precisamente los que dan a pensar que existiría alguna clase de acuerdo, dijo Pallares, aunque reconoció que anteriormente Jarrín habría roto lazos con el correísmo, pues ya no tiene la cercanía de antes.
El otro escenario, según Pallares, es que Jarrín no haya roto lazos del todo y podría estar pasando información a la Revolución Ciudadana. «Todas estas son incertidumbres que nos dejan más preguntas que respuestas», acotó.
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