Decenas de obreros, camiones y volquetas empezaron a trabajar en la construcción del proyecto habitacional Botaniqo, que se levanta en el valle de Cumbayá, oriente de Quito.
Los primeros movimientos de tierra iniciaron la segunda semana de marzo, luego de que el 21 de febrero de 2022 la constructora Uribe Schwarzkopf obtuvo la licencia de construcción por parte del Municipio de Quito.
Este era el último paso que se necesitaba para arrancar el proyecto, que aún causa críticas y protestas entre habitantes del sector, ambientalistas y expertos en urbanismo.
Tan grande es la oposición que el proyecto camina en medio de una acción de protección que interpuso la Asociación de Comunidades del Valle (Asocovall) en contra del Municipio de Quito. Su representante, Pablo Luzuriaga, explica que la medida está dirigida a echar abajo la resolución del Concejo Metropolitano, que calificó el diseño del Botaniqo.
En ese documento, los concejales aseguraron que el proyecto responde al uso y ocupación de suelo permitido en el sector. Luzuriaga explica que la acción de protección fue negada en primera instancia, pero anuncia que apelarán la decisión “hasta llegar a la Corte Constitucional, si es necesario”.
Proyecto causará más tráfico y contaminación
El representante de Asocovall, Luzuriaga, explica que las principales razones para oponerse al proyecto Botaniqo son:
- Cumbayá tiene una vocación rural que se vería alterada por su densificación.
- Incremento de la carga vehicular, que deriva en contaminación.
- Ocupación de áreas naturales, como bosques y quebradas.
Además de la acción de protección impuesta por Asocovall, está el pedido del colectivo Acción Ecológica. Esta organización ambientalista pidió, el 4 de abril de 2022, al alcalde de Quito, Santiago Guarderas, que dé trámite al recurso extraordinario de revisión del proyecto.
Según su denuncia, el Botaniqo “atenta contra los derechos de la naturaleza, el buen vivir, a un ambiente sano, al derecho de la ciudad y otros consagrados en la Constitución de la República del Ecuador”.
Acción Ecológica espera que este recurso sea aprobado para impedir el avance de la construcción del proyecto. Mientras que Luzuriaga adelanta que Asocavall continuará haciendo plantones en las afueras de Botaniqo para demostrar su oposición al proyecto.
“No tienen fundamento legal”
Joseph Schwarzkopf, presidente ejecutivo de Uribe Schwarzkopf, defiende la construcción de la obra. Señala que el proyecto obtuvo la licencia de construir porque “cumple con toda la normativa vigente que exige el Municipio.
Hemos atravesado los procesos que debe pasar cualquier proyecto”. Sostiene que las protestas de los colectivos sociales “no tienen fundamento legal”. Agrega que “las personas verán que no hay ningún atentado contra las quebradas de la zona. Vamos a respetar el retiro de 15 metros que exige la ley”.
Schwarzkopf niega que “el proyecto recibirá 900 familias como muchos piensan. Serán 265 que no influirán en la cotidianidad del sector”. Recuerda, además, que el Botaniqo tendrá alrededor de 350 parqueaderos, “por lo que tampoco habrá una masiva llegada de autos privados”.
Sobre el número de pisos de la construcción, el empresario dice que la norma les permite construir hasta cuatro pisos desde la línea base del terreno. Pero, como el terreno se ubica sobre una pendiente, también pueden construir hacia abajo, con un máximo de tres pisos.
Schwarzkopf dice que ya se han vendido más de 220 departamentos de los 265 que tiene el proyecto, es decir, el 83%. El objetivo de la constructora es terminar la obra en septiembre de 2024 y, que desde ese momento, el Botaniqo reciba a sus habitantes.
Cumbayá, un ‘archipiélago’ sin planificación
La Secretaría de Territorio del Municipio de Quito contabiliza más de 50 proyectos inmobiliarios que se construyen en Cumbayá, una parroquia con apenas 40.000 habitantes.
El experto en desarrollo urbano, Fernando Carrión, explica que el problema de esta amplia oferta es que Cumbayá “nunca ha tenido una planificación de largo plazo. Desde 1980 ha crecido como una especie de archipiélago”. Esto significa, dice Carrión, que los proyectos inmobiliarios se construyen sin tomar en cuenta “aspectos básicos y necesarios, como una buena vialidad, dotación de servicios y áreas verdes”.
Debido a esta falta de planificación, “los proyectos inmobiliarios reciben la licencia de construcción presionando a las autoridades de turno”. Por su parte, Joseph Schwarzkopf dice que la tendencia actual muestra que las personas están abandonando la ciudad para mudarse a los valles.
“Es un fenómeno que se ha dado desde hace algunos años y que no podemos frenar”, sostiene. Considera entonces que, ante esta tendencia, las autoridades municipales deben planificar el crecimiento de la ciudad tomando en cuenta la demanda de sus habitantes.
El secretario de Territorio, Vladimir Tapia, expresa que el Plan de Uso y Gestión del Suelo, aprobado por el Municipio en septiembre de 2021, precisamente busca regular el crecimiento de la capital para los próximos 12 años.
El Concejo Metropolitano tiene previsto que esa normativa entre en vigencia en mayo de 2022.
Fuente: Primicias – Nota original: LINK