Carrillo destacó que esta política pública técnica-estratégica busca prevenir y mitigar los riesgos naturales. Para ello, añadió, se debe conocer a fondo los riesgos en la capital, que es una ciudad multiamenaza, que está expuesta a movimientos telúricos, erupciones volcánicas, movimientos en masa, inundaciones y una amenaza antrópica, como son los incendios forestales.
Explicó que lo aprobado se desprende del Plan Metropolitano de Ordenamiento Territorial, del de Uso y Gestión de Suelo, y de los instrumentos nacionales, como la Ley Orgánica de Gestión de Riesgos, promulgada en enero de 2024. Estos marcos legales ayudan a reforzar la política en gestión de riesgos, junto a la seguridad ciudadana.
Carrillo precisó que el Plan tiene algunos enfoques, entre ellos, la parte de control desde la planificación de la construcción de viviendas. Además, prioriza la ejecución de proyectos desde diferentes entidades municipales, fortaleciendo las acciones de las Administraciones Zonales, que aportarán a la reducción de los factores de riesgos, por un monto aproximado de 864 millones de dólares hasta 2033.
En otra de las fases de control, de viviendas ya construidas en zonas de riesgo, Carrillo explicó que se deberá entrar «con fuerza» en procesos de relocalización, como ocurre al borde del río Monjas.
«Ahí tenemos un polígono identificado, donde en una parte todavía podemos hacer prevención, es decir, evitar que se construya un riesgo futuro, y mitigar el riesgo ya existente», explicó.
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