El Ejército detectó una base de descanso de los grupos armados en el sector de Manzayá, en el Putumayo, provincia de Sucumbíos, la segunda hallada en lo que va del año en esa zona. Los decomisos de drogas y substancias para el refinamiento de estupefacientes son permanentes en el límite binacional. En Esmeraldas hay inquietud por falsas alarmas de bomba. Autoridades piden a la ciudadanía informarse por fuentes oficiales y seguir normas de seguridad.

EFE

El Frente Heller Mosquera firmó su último comunicado el 18 de enero de este año. Lo hizo desde las montañas de Colombia y Ecuador, como se evidencia en los documentos escondidos en una caleta cavada en un puesto de descanso levantado en medio de la selva en el sector de Manzayá, en Putumayo, provincia de Sucumbíos.

Este frente es parte de los grupos que pertenecían a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que no aceptaron dejar las armas luego del pacto de paz.

En lo que va de 2018, el Batallón Putumayo ha incautado media tonelada de droga;  más de mil galones de gasolina, diésel y gasolina blanca para refinar estupefacientes. Además halló otra base clandestina. Informes de Inteligencia evidencian que por lo menos siete grupos dedicados al narcotráfico operan en el límite internacional que llega a los 740 kilómetros.

En el lado de Sucumbíos se encuentra el Frente Heller Mosquera, que fue parte del Frente 48 de las FARC. Las zonas más sensibles de sus operaciones son El Ají, La Bermeja, El Conejo, General Farfán; Puerto Nuevo Angostura; Puerto El Carmen y Tres Frontera.