El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este viernes que el Congreso debería avanzar el dinero para la construcción del muro antiinmigrantes en la frontera con México, para concretar más rápidamente una de sus principales promesas electorales.

CNN

«¡Los medios deshonestos no reportan que cualquier dinero gastado en la construcción del Gran Muro (por razones de rapidez) será reembolsado por México más adelante!», escribió Trump en Twitter.

El mensaje del republicano siguió a reportes en los medios según los cuales su equipo de transición y congresistas republicanos consideran un plan para financiar el muro con dinero público, posiblemente desde el mes de abril.

La construcción de un «muro grande, gordo y bonito» en la extensa frontera sur de Estados Unidos, se convirtió en el caballito de batalla de la campaña del magnate neoyorquino: «¿Quien lo va a pagar?», lanzaba Trump en sus mítines electorales, lo que despertaba cada vez la eufórica respuesta de la multitud: «México».

Este viernes, Kellyanne Conway, principal asesora de Trump, reiteró que «nada ha cambiado» y que «México va a pagarlo». «El Congreso está investigando la posibilidad de pagarlo para hacerlo más rápido y luego hacer que México lo pague», dijo a CNN.

El costo del proyecto no está establecido, pero debería elevarse a varios miles de millones de dólares. Para agilizar la fortificación de la frontera, los republicanos, que controlan las dos cámaras del Congreso, y el equipo de transición de Trump, consideran apoyarse sobre una ley promulgada en 2006 por el presidente George W. Bush, que autorizaba la construcción de una «barrera física» en la frontera con México, según la publicación Politico.

Nunca ejecutada a plenitud, la ley no tenía límites de tiempo, ni contemplaba un techo en el kilometraje del muro o una definición del tipo de barrera, por lo que puede servir ahora como base legal para su construcción, apenas se consigan los fondos.

Los republicanos estiman que el margen de maniobra de la oposición demócrata es limitado sobre un asunto que conquista el apoyo de al menos un tercio de los votantes estadounidenses.

El plan republicano cuenta con que importantes senadores demócratas votaron a favor de la ley de 2006, y además, cualquier oposición al financiamiento del muro -que los republicanos esperan introducir a partir de finales de abril en el contexto del presupuesto-, podría forzar a los demócratas a provocar una parálisis del gobierno, una táctica que podría devenir políticamente costosa.