Alberto Acosta, miembro del partido Montecristi Vive, afirmó que el 2015 está terminando con una serie de situaciones que dejan un sabor lamentable para el pueblo ecuatoriano, sobre todo en lo que tiene que ver con el respeto a la Constitución “que fue vapuleada con las mal llamadas Enmiendas Constitucionales, que fueron reformas aplicadas sin ser consultadas a las ciudadanía”, precisó. Según Acosta, a Rafael Correa ya no le conviene ser candidato en 2017 porque sabe que la economía ecuatoriana está en crisis, no solo por la caída del precio del petróleo, sino por el despilfarro de dinero.
El miembro del partido Montecristi Vive aseguró que la Constitución de Montecristi planteaba una democracia radical en donde la alternancia en el poder era una de las características. Acosta considera que el año 2017 estará cargado de una enorme crisis económica, que se va manejar en función de los intereses electorales de corto plazo.
“Este es el gobierno que mayor cantidad de dinero ha tenido en la historia republicana y no logró dar pasos para la transformación de la matriz productiva y seguimos siendo un país que produce y exporta materia prima. En ese contexto, no se puede salir de los problemas del subdesarrollo”, agregó. Además, indicó que las futuras elecciones pueden ser una oportunidad para recuperar elementos fundamentales del inicio de la Revolución Ciudadana.
Por otro lado, Gabriel Rivera, asambleísta por Alianza PAIS, afirmó que la derecha en 2017 va a tratar de recomponerse y parte de esa recomposición consistirá en que se retire del espacio político a posibles candidatos de la oposición como Guillermo Lasso. “La derecha va buscando otros candidatos, sin embargo, aún no los tienen claros. Ante la evidencia del poco apoyo popular, la derecha buscaría otro candidato o candidata”, señaló.
Para el legislador, un síntoma de la clara debilidad que el Movimiento CREO tiene es que los socialcristianos están desesperados pidiendo a Jaime Nebot que participe. “La posible candidatura de Nebot chocaría con una nueva realidad nacional. No veo a Quito, a Loja, a Cuenca votando por Nebot, quien básicamente se circunscribe al Guayas”, comentó.
Según Rivera, la derecha ecuatoriana, a diferencia de lo que sucedió en Argentina, no tiene unidad ni protagonismo y cada cual trata de mantener sus parcelas de poder. “Los niveles de aprobación de los que goza Correa serían la envidia de cualquier líder la democracia occidental. Estamos convencidos que nuestra política ha beneficiado a las grandes mayorías”, finalizó.