La última jornada de trabajo de los representantes de la ONU, que llegaron a Colombia el pasado jueves, tuvo lugar hoy en el municipio de Caldono, en el departamento del Cauca, ubicado en el suroeste del país y uno de los más golpeados por el conflicto armado.
En esa zona, que por décadas vivió algunos de los más crudos enfrentamientos entre la fuerza pública y la guerrilla de las FARC, hoy convertida en partido político, los embajadores escucharon los reclamos de los líderes sociales y excombatientes frente a la oleada de violencia en su contra.
«Compartimos la preocupación por los asesinatos. Eso es algo que nos llevamos como un elemento a considerar», dijo en una rueda de prensa en Popayán, capital del Cauca, el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador peruano Gustavo Meza-Cuadra.
En el aeropuerto Guillermo León Valencia, el diplomático explicó antes de viajar a Bogotá que tales asesinatos preocupan también al Gobierno colombiano que «tiene la mejor intención de trabajar para eliminar esos hechos».
Los representantes de la ONU se desplazaron esta mañana en helicóptero desde Popayán hasta Caldono en donde visitaron el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Santa Rosa, situado en el caserío de San Antonio de los Monos, donde decenas de exguerrilleros de las FARC concluyen su proceso de regreso a la vida en sociedad.
Fuente: Agencia EFE – Nota Original: LINK