La líder opositora peruana Keiko Fujimori volvió a prisión después de ser dada de alta de una clínica privada de Lima en la que se determinó durante esta semana que padece dolencias como hipertensión arterial y hernia cervical.
Fujimori fue llevada el sábado pasado a la clínica Centenario, donde también se atiende su padre, el expresidente Alberto Fujimori, desde la cárcel de mujeres en la que cumple prisión preventiva tras presentar un cuadro de hipertensión y dolor en el pecho y la cabeza, según informó en ese momento su abogada, Giulliana Loza.
Un informe médico preliminar había indicado que el pronóstico de Fujimori era reservado y requería de una evaluación urgente con exámenes como tomografías y resonancias.
Loza declaró este viernes a periodistas que, tras los exámenes médicos, a Keiko se le ha recomendado un tratamiento contra la hipertensión, terapia de rehabilitación para la dolencia cervical y un seguimiento a una biopsia de muestras de esófago y estómago.
La letrada dijo que su defendida fue atendida en la misma clínica en la que se trata a su padre porque ese lugar tiene los equipos necesarios para los exámenes que habían recomendado los médicos.
Por su parte, el esposo de Keiko, el estadounidense Mark Vito, había adelantado que ella podía ser dada de alta durante este fin de semana y se mostró preocupado por sus dolencias.
«Yo, personalmente, estoy muy preocupado porque Keiko siempre ha sido una personal saludable, deportista, llena de vida y con resultados así me queda preocupación», dijo.
Fuente: EFE, aliado estratégico de FMMUNDO