Aunque el periodista australiano, de 48 años, cumplió la pena de 50 semanas de cárcel por haber quebrado en 2012 las condiciones de su libertad condicional, continúa en la prisión de Belmarsh (oeste de Londres) después de que el pasado día 11 un tribunal considerara que se podría dar a la fuga si abandonaba la celda.
El pasado junio, el ahora titular de Economía británico, Sajid Javid, firmó una orden para permitir que Assange sea entregado a Washington, que le reclama por cargos que pueden suponer una condena de hasta 170 años de prisión.
La Justicia estadounidense lo requiere por los miles de documentos secretos que aireó su portal WikiLeaks y le acusa, entre otros delitos, de «conspiración» para infiltrarse en sistemas informáticos gubernamentales.
En la vista técnica celebrada este lunes, la magistrada Vanessa Baraitser convocó para el próximo 19 de diciembre la siguiente audiencia administrativa previa al juicio de extradición fijado para el 25 de febrero del próximo año, que durará cinco días.
Por su parte, en su comparecencia, Assange, que lució un traje azul marino, tuvo algunas dificultades con el habla a la hora de confirmar su identidad y fecha de nacimiento, con titubeos, pausas y tartamudeos, de los que se han hecho eco los medios británicos.
Fuente: El Comercio, nota original aquí: LINK