“Lamentablemente, constatamos que no fue posible alcanzar un acuerdo. Necesitamos más tiempo”, reconoció en rueda de prensa el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, recordando el agujero en sus arcas que dejó el Brexit.
La marcha en enero del Reino Unido, una potencia militar y económica, representa una pérdida de EU 12 000 millones (aproximadamente USD 12 600) anuales para una UE con nuevas ambiciones climáticas y militares, que se suman a las tradicionales políticas como la agrícola.
Con más prioridades y menos contribuyentes, los europeos intentan cuadrar el círculo. La propuesta de Michel era un Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027 de unos 1,094 millones de euros, esto es un 1,074% de la Renta Nacional Bruta (RNB).
Tras dos días de maratónicas discusiones a dos, a tres y multilaterales a puerta cerrada, la Comisión Europea presentó sin éxito una nueva propuesta en el 1,07%, que respondía a algunas exigencias. “Las diferencias son aún demasiado grandes para llegar a un acuerdo”, subrayó la canciller alemana, Angela Merkel, al término de la cumbre, avanzando que deberán reunirse de nuevo en una fecha que el jefe del Consejo debe todavía determinar.
Para el grupo de países ricos conocido como los “frugales” -Austria, Dinamarca, Países Bajos y Suecia- la solución pasaba por un presupuesto de un 1%, manteniendo sus actuales deducciones, y por recortar las ayudas a los agricultores y a las regiones.
Los Amigos de la Cohesión, una quincena de países defensores de esta política de ayudas a las regiones menos desarrolladas, se rebelaron contra el protagonismo de los “frugales”, según el gobierno español, que avanzó un frente unido de éstos al final. Un negociador europeo explicó que “se llegó a una situación de bloque contra bloque” que hizo “fracasar” la cumbre.
La última reunión de los 27 en su conjunto se saldó con un rechazo unánime a la última propuesta, en menos de 30 minutos.
Fuente: El Comercio – Nota Original: LINK