Mauro Mendoza, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Rastro de Quito, informó que la entidad municipal realiza actualmente controles más exhaustivos sobre el faenamiento, distribución y comercialización de los productos cárnicos en la capital. Según indicó, ahora es esencial que quienes se dediquen a este tipo de negocio, por más pequeño que sea, cuenten incluso con los permisos de Agrocalidad.
El funcionario sostuvo que la problemática en el consumo de una carne no segura es cada vez más grave. Eso, porque su venta se realiza con escaso control en espacios libres, sin refrigeración.
«El consumidor debe verificar el estado de la carne que compra y dónde la adquiere. Es necesario que esta pase por una cadena de frío para que sea apta para el consumo humano. Si está a la intemperie, si ha recibido sol, si está junto a otros productos, no es adecuado consumirla», afirmó Mendoza.
Así como alertó que los locales comerciales que expendan carnes requieren permiso de todas las entidades de control de sanidad del Municipio. «Controlaremos estos procesos y también la distribución de los productos en las vías, donde también requerirán los permisos pertinentes».