El país norteamericano se prepara para ampliar su ley sobre la eutanasia para incluir a las personas con enfermedades mentales, mientras algunas médicos se cuestionan si la legislación sobre la muerte asistida ha ido demasiado lejos.

Desde 2016, el programa de asistencia de muerte asistida en Canadá, conocido por sus siglas ‘MAID’, ha estado disponible para adultos con enfermedades terminales. En 2021, se modificó la ley para incluir a las personas con afecciones físicas graves y crónicas, incluso si esta conducción no representaba una amenaza para la vida.

Este 2023 se espera una nueva reforma para incluir a los que sufren enfermedades mentales. Esta ampliación ha provocado controversia y ha generado preocupaciones a causa de que esta medida puede ser una manera más accesible para que gente vulnerable recurra con mayor frecuencia a estos servicios.

En su primer año de aplicación más de 1.000 personas recurrieron a la eutanasia, una cifra que ha crecido cada año desde entonces. En 2021, hubo 10.064 casos, lo que representa el 3,3% de todas las muertes en Canadá.

Ahora, los médicos y organizaciones que están en contra de incluir a las personas con enfermedades mentales argumentan que, si bien la eutanasia es un derecho que garantiza un alivio a los pacientes, para el caso de este grupo podría ser considerado como si la muerte fuera la solución a sus condiciones.

Informes recientes sostienen que para algunas personas, la muerte se presenta como una alternativa para un sistema de seguridad social roto.

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