Los presidentes de las compañías estadounidenses se están sintiendo pesimistas.
Un número cada vez mayor de ellos cree que 2016 será otro año aburrido para la economía de Estados Unidos, de acuerdo con recientes encuestas realizadas por la Business Rountable y PwC.
Como resultado, los presidentes ejecutivos no están planeando gastar mucho más el próximo año. Eso no es una buena noticia para la economía.
Cuando los líderes empresariales son optimistas sobre el futuro, invierten en nuevos equipos, contratan a más gente y refuerzan la investigación y el desarrollo de nuevos productos. Eso impulsa el crecimiento, en el próximo año y en adelante.
Pero en este momento, las previsiones del panorama de Business Roundtable para la inversión empresarial en 2016 son anémicas. Son las más bajas desde 2009, cuando Estados Unidos todavía estaba en la Gran Recesión.
“Ver esa fuerte caída en la inversión de capital es alarmante”, dice Randall Stephenson, presidente ejecutivo de AT&T y presidente de la Business Roundtable. “La inversión impulsa la contratación. Impulsa la productividad y el crecimiento de los salarios”.
Washington está frenando el crecimiento
Stephenson atribuye la desaceleración a la economía mundial y a Washington.
Los presidentes ejecutivos están frustrados porque el Congreso no ha aprobado la reforma del impuesto a sociedades o más bien casi nada últimamente.
“Si queremos ver despegar realmente a la economía estadounidense y a la contratación, Washington necesita adoptar un enfoque más inteligente respecto a la regulación”, dice Stephenson.
Él llama “no competitivo” al código de impuestos de Estados Unidos y dice que es probable que más empresas huyan de Estados Unidos a lugares con impuestos menores en Europa o en otro lugar si el Congreso no actúa. La gran compañía farmacéutica estadounidense Pfizer anunció un acuerdo gigantesco para comprar a Allergan, con sede en Irlanda, que fue impulsado en parte por los planes de trasladar la sede de la compañía al extranjero y aprovechar la ventaja de menores impuestos.
“Cuando tienes a empresas moviendo sus sedes para evitar el sistema fiscal de Estados Unidos, eso te dice que algo está fundamentalmente mal”, dice Stephenson.
La desaceleración económica mundial es un factor importante
PwC también ve un creciente pesimismo entre los ejecutivos. En su más reciente encuesta a más de 200 ejecutivos de empresas privadas, encontró que la confianza estaba cayendo rápido, sobre todo por la salud de la economía global.
La devaluación del yuan chino en agosto que provocó una venta masiva mundial en los mercados de valores sigue siendo un peso para los presidentes ejecutivos.
Solo una cuarta parte de los ejecutivos encuestados por PwC están planeando realizar “importantes” nuevas inversiones ahora, por debajo del 36% del trimestre anterior. Y solo poco más de la mitad de las empresas planean hacer más contrataciones, lo cual también es una disminución respecto a principios del 2015.
Pero PwC dice que esto no es 2007 o 2008. Nadie está hablando de una situación terrible.
“Seríamos alarmistas si predijéramos algo tan terrible como (2007) ahora”, dice PwC.
Así que, 2016 probablemente no será un gran año para el crecimiento que muchos esperan, en Estados Unidos en el extranjero.
Business Roundtable predice que la economía estadounidense crecerá a 2.4% el próximo año, casi lo mismo que este año y en el rango de muchas otras proyecciones.