La ciudadanía en China está con incertidumbre. Aunque la nación oriental apenas intenta recuperarse de la pandemia del covid-19, este miércoles 25 de marzo, autoridades sanitarias anunciaron la muerte de un obrero a causa de hantavirus.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la patología se convirtió en epidemia en 1993, cuando vulneró al sudoeste de Estados Unidos, Rusia, Finlandia, Suecia y China.
Según el reporte del periódico local The Global Times, el trabajador viajaba en un bus el lunes 23 de marzo, junto a otras personas, con quienes se dirigía a la provincia de Shandong para laborar.
Sin embargo, no pudo continuar el trayecto, pues comenzó a sentirse mal. Pronto, fue trasladado hacia una casa de salud. No logró sobrevivir. Su muerte fue certificada a primeras horas del mismo lunes.
Conocida como la fiebre hemorrágica epidémica, el hantavirus (según lo define la OPS) es una patología zoonótica emergente, es decir, que puede ser contagiada entre animales y seres humanos, transmitida por roedores, incluidos ratones y ratas.
Además del contacto con el animal, también puede adquirirse por comer alimentos que han tocado heces de ratones o respirar aire contaminado con los excrementos.
El cuadro sintomático de la enfermedad incluye fiebre, dolor muscular y afecciones gastrointestinales. La escala sube con dificultad respiratoria e hipotensión.
Los pasajeros que se encontraban con el contagiado, fueron sometidos a dos pruebas. La primera, para descartar el contagio de coronavirus, que dio negativa. La segunda, que buscaba identificar si existe contagio por el hantavirus.
Según informó el Gobierno del condado de Ningshan la mañana de este miércoles, todavía están a la espera de los resultados. Un posible contagio es poco probable -dicen las autoridades sanitarias de la localidad- pues el hantavirus no es transmisible entre personas.
Es decir, no ingresa a través del sistema respiratorio. Sin embargo, Yang Zhanqiu, virólogo de la Universidad de Wuhan, dijo -en diálogo con The Global Times- que «la excreta humana y la sangre de un paciente infectado pueden transmitir el virus a los humanos».
La tasa de mortalidad por infección por hantavirus en China oscila entre el 1 y 10%, mientras que en Estados Unidos es más alta: 40%.
Frente a la conmoción de la ciudadanía china -golpeada por el covid-19- Zhanqiu llama a calma. «No hay necesidad de preocuparse por el hantavirus. La enfermedad por hantavirus es prevenible y controlable y existen vacunas para prevenirlo«, afirmó.
Asimismo, el científico indicó que la incidencia de la patología en ciudades urbanas es baja, pues se presenta principalmente en aldeas rurales donde las ratas transitan cuando las personas trabajan en el campo.
Fuente: El Comercio- Nota Original: LINK