Un nuevo episodio de violencia con armas de fuego ha sacudido este miércoles Estados Unidos. Un tirador ha matado a cuatro personas y ha acabado suicidándose, según la policía, en el campus del hospital de Saint Francis, en Tulsa, en el Estado de Oklahoma. Este jueves, la policía ha explicado que se trataba de un antiguo paciente que acudió con un rifle y una pistola.
No fue un tiroteo indiscriminado. “Fue muy a propósito a este lugar, fue a un piso muy concreto y disparó con un fin muy concreto”, había dicho el capitán de la policía de Tulsa Richard Meulenberg a CNN el miércoles por la noche. “No fue un disparo al azar”. Este jueves, el jefe de la policía, Wendell Franklin ha explicado que el autor de los disparos fue un paciente que había sido operado de la espalda y que se quejaba insistentemente de dolores.
El paciente llamaba al médico reiteradamente. También habló por teléfono con él este miércoles, antes del tiroteo. El autor compró este mismo miércoles una especie de fusil de asalto, se fue con él al hospital, buscó a su doctor, lo mató a él, a otro médico y a otras dos personas y luego se suicidó con la pistola.
Este nuevo tiroteo llega poco más de una semana después de la matanza que costó la vida a 19 niños y dos profesores en la localidad tejana de Uvalde y 18 días después de que 10 personas fueran asesinadas en un supermercado de Búfalo, en el Estado de Nueva York. El tiroteo se ha producido el 1 de junio en el 101º aniversario de la masacre racista de Tulsa.
“Hay cuatro personas que fallecieron, tenemos el tirador que está muerto y creemos que se suicidó”, señaló el subjefe de la policía de Tulsa, Eric Dalgleish, el miércoles. Richard Meulenberg, capitán de la policía, describió inicialmente que se trataba de una “escena catastrófica” y que la policía estaba revisando las instalaciones para comprobar si había más víctimas.
La respuesta policial fue muy rápida, según las autoridades. Eso puede haber evitado un número de víctimas mayor. La policía ha llegado al campus entre tres y cuatro minutos después de recibir una llamada alertando del tiroteo. Guiados por el sonido de los disparos, los policías llegaron al segundo piso del edificio Natalie, según explicó Dalgleish a los periodistas. Al cabo de cinco minutos, los agentes se pusieron en contacto con las víctimas y con el sospechoso.
Las imágenes de televisión y las fotografías mostraban decenas de vehículos de los servicios de emergencia desplazados al lugar.
Inicialmente, el jefe de la policía de Tulsa había tuiteado que la policía estaba haciendo frente a un “tirador activo”. “La policía de Tulsa ha respondido a un incidente de tirador activo cerca de la [calle] 61 y Yale. Por favor, manténganse alejados de la zona y cedan el paso a todos los vehículos de emergencia mientras nos ocupamos de la respuesta. Actualizaremos la información a los medios de comunicación tan pronto como podamos reunir los detalles”, ha señalado.
Preguntado por si la policía había revisado y refrescado sus protocolos de respuesta ante tiroteos tras las críticas a la policía de Uvalde por su papel en la matanza en el colegio de primaria, Dalgleish ha señalado, en declaraciones recogidas por Reuters: “Creo que eso está probablemente fresco en la mente de todos”. “Diré que Tulsa revisa ese tema regularmente. Estoy muy contento con lo que sabemos hasta ahora con respecto a la respuesta de nuestros oficiales”, ha añadido.
El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, ha sido informado durante la tarde de este miércoles del tiroteo. Fuentes de la Casa Blanca han señalado que siguen de cerca la situación y que se han puesto en contacto con las autoridades estatales y locales para ofrecerles apoyo.
Fuente: El País – Nota original: LINK