La advertencia que el 13 de junio formularon 600 migrantes venezolanos atrapados en Ipiales, frente a Ecuador, de tomarse las carreteras para ir caminando a su país movió a las autoridades colombianas a autorizar un corredor humanitario.

La demanda hizo que Migración de Colombia avalara la salida de los seis primeros buses con 250 personas. Créditos: EFE.

La advertencia que el sábado 13 formularon 600 migrantes venezolanos atrapados en Ipiales, frente a Ecuador, de tomarse las carreteras para ir caminando a su país movió a las autoridades colombianas a autorizar un corredor humanitario.

Los extranjeros ingresaron irregularmente por territorio ecuatoriano cruzando el río internacional Carchi-Guaytara, pagando a bandas de traficantes, y desde hace varios días permanecían atrapados en la terminal de Ipiales a la espera del restablecimiento del transporte de pasajeros.

Durmiendo a la intemperie, con afecciones respiratorias y de piel, anunciaron la medida a ejecutarse el domingo 14, exigiendo un corredor.

La demanda hizo que Migración de Colombia avalara la salida de los seis primeros buses con 250 personas, quienes ya habían sido sometidos al tamizaje con pruebas rápidas de COVID-19, habían cumplido la cuarentena y contaban con el dinero para los pasajes.

Se prevé que luego de 36 horas de viaje, al mediodía del lunes 15 lleguen a Arauca, frontera colombo-venezolana.

Jorge Luis Arocha, viajero, refirió emocionado que se había hecho justicia y respetado los derechos humanos.

John Rosero, gerente del centro de movilidad, dijo que los foráneos permanecieron varados por más de 20 días, que iban a seguir despachando unidades y que quienes seguían en la terminal serían llevados a un hotel.

En la estación, algunas mujeres dieron a luz y luego pasaron a albergues.

“Hemos cumplido los requerimientos y estamos dentro de la legalidad, esperamos llegar sin novedad a nuestro país”, dijo Luis Rodríguez, quien llegó de Guayaquil hace 20 días con sus hijos y esposa. Él pagó USD 100 para pasar la frontera.

Hay preocupación entre migrantes porque se ha vuelto común que las bandas de coyotes les cobren dinero y luego los abandonen en el límite internacional, exponiéndolos al robo de dinero y equipaje.

Derechos

Édgar Ortega, activista de DD. HH. y colaborador de la ONU en las cárceles de Ecuador, indicó que ha dialogado con Migración, Defensoría del Pueblo y Alcaldía en pro del derecho de todo ciudadano del mundo de salir de su país y regresar a este.

Luis Fernando Villota, alcalde de Ipiales, respaldó la decisión de facilitar el paso de foráneos.

Fuente: El Universo – Nota Original: LINK