En Notimundo al Día, Carlos Cuesta, concejal de Santo Domingo de los Tsáchilas, denunció que su vida corre peligro debido a la colaboración que ha brindado con la Fiscalía en las investigaciones por un presunto delito de peculado cometido por la prefecta de la provincia, Johana Núñez. A su criterio, el ataque armado que terminó con la vida de su padre, el pasado 17 de octubre, estaba dirigido hacia él.
Cuesta explicó que los delincuentes hicieron un seguimiento minucioso a los movimientos de su familia, lo que se puede corroborar en las grabaciones de las cámaras de video del sector. «Esperaron a que el vehículo arrancara y fueron tras de él», añadió e insistió en que el objetivo era terminar con su vida. «Yo estaba vestido de rojo y mi padre también, por eso lo confundieron«, lamentó.
Rechazó que, producto de su colaboración con la justicia, ahora vive «como un vil delincuente», pues tiene que estar escondido por temor a un nuevo ataque en su contra o de su familia. Manifestó que la Fiscalía de Pichincha conoce que, a raíz de sus aportes a las investigaciones, se han interpuesto dos juicios por parte de la Prefecta de Esmeraldas, uno por extorsión y otro por falsificación de documentos.
Aseguró que Shirley Núñez, hermana de la Prefecta, estaría dando disposiciones sobre el manejo público a los directores de la Prefectura, en cuanto a obras y otras áreas administrativas. Como testigo protegido, Cuesta señaló que tuvo resguardo de las autoridades durante un mes, pero después pasó a un cuidado «parcial», donde supervisan su ubicación, pero sin mayor rigurosidad. «Ahora yo estoy vivo, pero porque mataron a mi padre», expresó.
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