La crisis al interior del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) parece no avizorar un desenlace alentador. Escenas como las del pasado 1 de agosto, donde miles de usuarios buscaban desesperadamente acceder al agendamiento de una cita en el Hospital IESS Quito Sur, denotan una de las numerosas falencias en la administración de la entidad en el país.

En Más Allá de los Hechos, Daniel Rodríguez, director del Seguro General de Salud Individual y Familiar del IESS, explicó que los problemas en el seguro de salud no son nuevos y que al ser este un seguro de reparto, donde una parte del dinero que ingresa a las aportaciones se destina para brindar las prestaciones de salud, se llegó al punto en que el ingreso de fondos es menor al monto que se requiere para los gastos. No obstante, señaló que este año se ha logrado solventar en cierta medida el déficit, gracias al pago de cerca de USD 470 millones por parte del Estado.

Rodríguez reconoció que el problema no se soluciona con los fondos entregados, pues ese monto continúa generándose cada año debido a la atención que requieren los jubilados y los pacientes con enfermedades catastróficas. Asimismo, aclaró que el conflicto surge no solo por la falta de ingresos, sino por la calidad de gasto, es decir, el seguro de salud no tiene una estructura que permita controlar al detalle las operaciones que tienen las unidades internas y externas, lo que representa un problema estructural que no ha podido ser corregido.

Añadió que la falta de control de pagos a proveedores ha ocasionado un desorden en las finanzas de la entidad, que ha generado que el monto a cancelarse se incremente de USD 600 a USD 900 millones durante 2021. Para Rodríguez, hacen falta lineamientos y transparencia en el manejo de las cuentas, pues la deuda del IESS con los prestadores externos de salud asciende a los USD 1400 millones. «La última auditoría que se contrató fue en 2016», recordó.

Rodríguez informó que como parte de las medidas para aliviar la situación está contemplado un proceso para la contratación de auditorías externas con el fin de ponerse al día con los prestadores.

Para Patricia Borja Laverde, experta en seguridad social, en el Iess se evidencian una serie de falencias en la gestión institucional, sobre todo en cuanto a la planificación y transparencia. Además, los constantes cambios en las administraciones complican el panorama, pues con las nuevas autoridades se presentan nuevos lineamientos, pero la situación no mejora.

Consideró que la falta de un ente regulador de las políticas de seguridad social, sumado a que los representantes del Ejecutivo en el Consejo Directivo de la entidad, complican su administración. Aseguró que durante varios años «ha existido una barrera política, no legal» en cuanto al manejo de la institución.

Las falencias se dan también en el marco normativo, añadió, por lo que consideró que se debería impulsar una reforma a la Ley de Seguridad Social, que está vigente desde 2001.

Finalmente, Carlos Figueroa, médico y exsecretario de la Federación Médica Ecuatoriana, recordó que ha denunciado cerca de 150 casos de corrupción en el IESS, pues los problemas en su administración datan de varios años atrás. Acotó que la crisis fue generada, principalmente, por el incumplimiento de funciones por parte de los representantes de los trabajadores y los empleadores en el Consejo Directivo, pues en el caso de César Rodríguez, vocal de los empleadores, lleva 12 años en el organismo. Así mismo ocurre con Luis Clavijo, representante de los asegurados, quien ha estado por 10 años en el cargo.

Figueroa aseguró que Kenia Ramírez, directora general del IESS (subrogante), debe responder ante los problemas en la institución, pues se desempeñó como «íntima colaboradora de César Rodríguez». Para el galeno, el bloqueo que existe en el Consejo Directivo ha ocasionado la renuncia de funcionarios como Francisco Cepeda, expresidente, y denunció que existe un reparto de los hospitales por parte de los dos vocales antes mencionados.

«A largo plazo se debe discutir una nueva ley, para tomar al toro por los cuernos y se revisen las aportaciones y las formas de financiamiento», puntualizó.

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