Vuelve la expectativa a comerciantes y hoteleros por la apertura de las playas en Ecuador, dispuesta para este miércoles 5 de agosto, según reconfirmó ayer la ministra María Paula Romo. Inicialmente, la fecha prevista era el 22 de julio, pero luego por decisión del COE nacional se la postergó para mañana.

Foto: Ministerio de Turismo

Así, en Manabí, por ejemplo, el Municipio de Portoviejo usará drones para los controles en la playa de Crucita.

Erwin Valdiviezo, vicealcalde de Portoviejo, dice que aunque el COE nacional indica que el aforo a las playas será del 50 %, ellos han propuesto que en Crucita solo se permita el 25 % de acceso de bañistas, una solicitud que, al igual que otras, no recibía respuesta hasta el cierre de esta edición.

«Si se mantiene la decisión del COE habrá acceso a los balnearios. Nosotros vamos a utilizar nuestras plataformas tecnológicas. Aparte de los controles de bioseguridad se usarán drones para medir la capacidad del aforo de la playa, que no se exceda ese 50 %».

En Crucita hay unas 1500 plazas de hospedaje en cerca de 20 locales de descanso, entre hoteles, hostales y hosterías. Mireya Briones, gerenta de hostería Casa Grande, ubicada en el malecón de esta playa portovejense, cuenta que el sector turístico de este balneario está severamente golpeado, sin reactivación. «Acataremos todas las normativas que indican los protocolos de bioseguridad», resalta.

En Manta se ubicaron cámaras en sectores estratégicos para evitar la aglomeración.

Raúl Castro, vicealcalde de Manta, decía, la mañana de ayer, que no era idónea la apertura de playas porque el virus no se ha ido, pero que trabajaron para garantizar la seguridad en los balnearios.

«En la parte médica todavía no es el momento, lo digo como médico, todavía hay que esperar…, estamos preparándonos para controlar, pero a veces se puede salir de control porque la gente no quiere tomar las medidas adecuadas para protegerse», señalaba Castro.

Ya entrada la noche, el COE de Manta resolvió no aperturar todavía las playas de este cantón.

Antes de esta última decisión, Esteban Fiallos, presidente de la Cámara de Turismo de Manta, sostenía que el sector turístico todavía no puede levantarse tras una severa recesión que deja la crisis sanitaria en Ecuador.

En el norte, las playas de Bahía de Caráquez (cantón Sucre) y de Canoa (cantón San Vicente) son parte de las seis autorizadas en Manabí para su reapertura. Todos están listos.

En Sucre, por ejemplo, de los 33 hoteles, 14 están operativos. Esto representa el 41 %, con una capacidad de 665 camas, expone Daniel Casañas, director de Turismo del Municipio.

De los locales de alimentos y bebidas, el 54 % (de los 70 registrados) está listo para operar. En Canoa, los operadores turísticos ya conocen el protocolo de bioseguridad.

En el norte de Manabí, los comerciantes y habitantes aún no se recuperaban de las pérdidas dejadas por el terremoto del 2016 y ahora le suman las ocasionadas por la actual pandemia.

En El Oro, los dirigentes de la playa de Bajo Alto están listos para recibir a los visitantes, mientras que en Jambelí se oponen, porque piden que se cumpla primero con la capacitación y que el COE provincial les prepare un plan de contingencia.

Al momento, este último balneario no tiene contagiados por COVID-19.

Moradores de Jambelí entregaron un escrito al COE cantonal de Santa Rosa para que no se reanuden las actividades en la isla durante un mes.

Por su parte, Jessenia Mendoza, jefa del Departamento de Turismo del Municipio de Santa Rosa, asegura que sí se dieron charlas de capacitación sobre la transportación fluvial y las medidas de bioseguridad que deben implementarse, como el aforo del 50 % en las embarcaciones, el distanciamiento…

En las playas de Bajo Alto, los 29 comedores están ya operativos. «El Municipio de El Guabo nos facilitó las pruebas (rápidas para descartar el COVID-19) y todos están en condiciones de atender a los visitantes», expone Kléber Matos, presidente de la comuna de Bajo Alto, cantón El Guabo, donde el fin de semana último se dieron capacitaciones y se realizaron las pruebas.

En el ingreso a esta playa hay un puesto de seguridad, donde se controla que los visitantes lleven puesta su mascarilla.

En Esmeraldas

En los balnearios del cantón Atacames, en la provincia de Esmeraldas, en cambio, ya se observó un 20 % de visitantes, el fin de semana último. La mayoría aprovechaba las vacaciones escolares de la Sierra.

«Son propietarios de departamentos y viviendas que vienen en esta temporada y feriados a Atacames», expone Luis Reyes, operador turístico.

Esto, mientras empleados municipales y de la Policía Nacional vigilan la zona para evitar aglomeraciones y verificar que se cumplan con los protocolos de bioseguridad, así como el distanciamiento físico, dijo Alfonso Aparicio, presidente de la Cámara de Turismo de Atacames.

Teófilo Cusme y Eddy Gómez, pequeños hoteleros de esta localidad, cuentan que tienen listos los protocolos que exige el COE nacional para la reapertura de las playas y para reactivar «la quebrada economía del sector».

En Súa, ayer, sus habitantes realizaron un plantón pacífico para reclamar la construcción del malecón escénico, que se destruyó por los oleajes de diciembre del 2018, lo que afecta también al turismo.

En la playa de Las Palmas, en Esmeraldas, no se tiene definida su reapertura, debido al incumplimiento de los visitantes, pese a las restricciones actuales. Aquí se realizan operativos coordinados con el apoyo de las cámaras de vigilancia del ECU911.

Control en playas

Con el software Distancia 2, que usa inteligencia artifical, el ECU911 monitoreará (a través de sus cámaras) que se cumpla el distanciamiento y alertará de posibles aglomeraciones. La herramienta fue desarrollada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Prohibido

No está permitida la venta ambulante o itinerante en la zona de playa, así como el expendio de alimentos que inclumplan normas sanitarias. Solo se permite el trabajo de comerciantes organizados y en una zona delimitada en área de playa.

No se puede hacer

Están prohibidos los servicios de masajes, trenzas, tatuajes, entre otros, así como la práctica de actividades deportivas que impliquen el contacto físico o en la que estén dos o más personas en área de bañistas o de visitantes, según resolución del COE nacional.

Actividades permitidas

Práctica de surf, buceo, kitesurf y clases similares con hasta un máximo de cinco personas o alumnos por cada instructor. Todos deben respetar la distancia física y mínima de dos metros entre cada participante, en tierra y en mar.

Usos obligatorios

Todos deben usar calzado en los accesos a la zona de playas y en las instalaciones sanitarias, adicional a la utilización de mascarillas, a la desinfección de manos y al distanciamiento mínimo de dos metros. Debe haber por lo menos tres metros de distancia entre el cuadrante de un parasol (o carpa) a otro, en la arena. No se podrán instalar carpas para más de seis personas.

Nota Original: El Universo – LINK