Desde el terremoto del 16 de abril hasta la actualidad, el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional ha registrado 2.293 movimientos telúricos entre mediana y baja densidad.

El Telégrafo

Alexandra Alvarado, jefa del IG, explicó que esta serie de temblores que se han suscitado en los últimos 3 meses corresponde a un proceso normal de asentamiento de la tierra, aunque reiteró que no se puede determinar cuánto tiempo más pueden durar estos movimientos.

La especialista advirtió que los ecuatorianos deben acostumbrarse a vivir con estos fenómenos naturales. «El Ecuador atraviesa por una enorme falla geológica que se origina por la subducción de la placa de Nazca en el océano Pacífico y se cruza con la placa Sudamericana».

Este tipo de procesos originan una falla geológica en el borde continental, de la que se derivan fracturas que causan movimientos sísmicos. Eso se pudo observar en el terremoto de 7.8 grados que azotó a Esmeraldas y Manabí, el cual activó una falla superficial cerca de Esmeraldas.

Alvarado aclaró que aunque la falla en Esmeraldas no corresponde a la de las placas de Nazca y la Sudamericana y pertenece a otro sistema, el cual produjo una subducción.

La técnica del IG recordó que el Ecuador se asienta sobre al menos 10 fallas geológicas lo que provoca la recurrencia de movimientos en ciudades como Quito, Ambato, Cuenca, Latacunga y Riobamba.

Un ejemplo de esto, dijo, se ha reflejado en fuertes movimientos como el de 1797, en Riobamba que ha sido considerado como uno de los más grandes en el continente. Otro fue el de 1878 en Ibarra y el sismo de 1987 en la zona oriental que registró magnitudes importantes.