Ecuador termina el 2023 como el año más violento de su historia, con una tasa de homicidios que bordea los 45 por cada 100 mil habitantes. En Decisiones con Jorge Ortiz, tres analistas evaluaron el escenario que le espera al país en 2024, en medio de otros problemas como la crisis económica y política por las que atraviesa.

Aunque no se sabe si el próximo año será peor que el que fenece, por lo menos no se conoce que no será mejor. Así sostuvo el analista político y académico Paolo Moncagatta, debido a diversos factores que ocurren y que no tendrían una solución a corto plazo, por más buenas intenciones que existan en el camino.

La infiltración del narcotráfico y la cultura «desconsiderada» y apática de gran parte de la población son solo dos de los factores que sostienen la teoría de Moncagatta, lo que lleva a pensar que en los próximos 365 días el país deberá tomar un cambio de rumbo radical, en todos los sectores de la sociedad, para no convertirse en un Estado fallido.

Uno de los cambios sustanciales que deben materializarse es el fortalecimiento del sistema de partidos políticos, que durante la década del correísmo terminó de desmoronarse. A criterio de Moncagatta, es necesario que dejen de existir los partidos y movimientos «de alquiler», y, por el contrario, se trabaje en las bases para garantizar que quienes aspiran llegar a puestos de poder logren sacar al país adelante.

Ese criterio lo compartió Jaime Costales, especialista en psicología política, quien explicó que en Ecuador persiste el síndrome del «carrusel inconcluso», donde el país da las vueltas en el mismo sitio, pero su situación empeora cada vez más, a la espera de que el gobernante de turno tome las riendas de la nación y propicie mejores días.

Para ello, agregó, es necesario que los ecuatorianos dejen de esperar un milagro político y tomen conciencia de que desde cada espacio se puede lograr un cambio, que a la larga permitirá concretar un cambio cultural y político, gracias a una participación activa y concreta. «Mientras no haya ese cambio en la estructura mental, vamos a repetir el ciclo con uno u otro gobierno», añadió.

El experto económico Alberto Albornoz, explicó que el Ecuador sufrirá un decrecimiento económico durante el próximo año. Esto debido a que el 2023 termina con un crecimiento de apenas el 1,5 % y, según el Banco Central, se espera un crecimiento mínimo del 0,8 % para 2024. El panorama planteado responde a diversos factores, como las operaciones petroleras que deberán suspenderse en el Yasuní, o el déficit fiscal de USD 5.500 millones que enfrenta el gobierno.

No obstante, planteó que el escenario puede mejorar con decisión política por parte del presidente Daniel Noboa y la Asamblea Nacional, para que se materialicen ajustes necesarios que puedan asegurar que el país pueda mantenerse a flote. Destacó que en situaciones similares, como la crisis en medio de la pandemia del Covid-19, en 2020, el país pudo sostenerse, por lo que ahora es necesario que se articulen esfuerzos para salir del ‘bache’ donde se encuentra Ecuador.

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