En lo que va de 2024, el país ha sido testigo de varias acciones ejecutadas desde el Gobierno para contener el avance de la criminalidad y las muertes violentas, generadas -principalmente- por la presencia de bandas catalogadas como terroristas que se disputan los territorios y las rutas para el narcotráfico. 

En Decisiones con Jorge Ortiz, Luis Córdova, director del programa Orden, Conflicto y Violencia, explicó que las estrategias del Ejecutivo son medidas paliativas y no responden a una planificación integral para mantener la paz a mediano y largo plazo.

Si bien reconoció que la colaboración de las Fuerzas Armadas en las tareas de la Policía Nacional, ha permitido traer una sensación de paz a la ciudadanía, enfatizó que esto no es un indicador fidedigno de que las condiciones internas hayan mejorado, pues en territorios conflictivos como la Zona 8 -conformada por Guayaquil, Durán y Samborondón- los niveles de violencia han empezado a retomar e incluso superar a los registrados antes de la declaratoria del conflicto armado interno.

Córdova alertó que el mantener las tareas militares sin un plan definido de fondo, responde a una estrategia política para mantener los niveles de popularidad que actualmente goza el presidente de la República, Daniel Noboa, y así catapultar su reelección. En este sentido, recordó que no existen iniciativas concretas para atacar temas como las economías criminales o llevar a cabo una verdadera depuración en instituciones como la Policía Nacional, donde uno de sus generales en servicio activo fue detenido por delincuencia organizada en el caso Metástasis.

Pablo Medina, politólogo y docente universitario, compartió la idea de que la militarización en el territorio nacional fue una acción acertada, frente al incremento de las operaciones criminales y el avance de la violencia, pero insistió en que esto no surtirá efecto sin otras tareas complementarias. En este sentido, recordó que la Fiscalía tiene un déficit de cerca de 600 agentes, lo que complica el procesamiento de los delincuentes atrapados por las fuerzas del orden.

Para Medina, son «paños de agua fría» temas como la construcción de nuevas cárceles o la prolongación de los operativos militares en Ecuador, pues en áreas fundamentales todavía se evidencia el debilitamiento en las capacidades del Estado. Aquí recordó que, tras varios meses de posesionado el Gobierno, todavía no existe un titular del Ministerio del Interior y que esas funciones estén encargadas a la ministra de Gobierno, Mónica Palencia.

Luis Hernández, exministro de Defensa, indicó que las Fuerzas Armadas responden a la voluntad política de los gobernantes, por lo que, si no existe un presupuesto adecuado o un fortalecimiento de sus capacidades operativas, no se pueden tener resultados palpables y sostenibles. También cuestionó que todas las miradas estén en la milicia y no se ponga énfasis en una estrategia integral, donde, por ejemplo, se garantice un adecuado funcionamiento del Servicio Nacional de Atención a Privados de la Libertad (SNAI).

De su lado, la periodista Karol Noroña indicó que no se puede dejar fuera del debate los presuntos abusos de las Fuerzas Armadas, pues casos como la ejecución de un joven en Durán todavía no han sido esclarecidas. A su criterio, se deben dejar de lado las «pasiones» de quiénes son los «buenos y malos» en el momento que vive el país, para poder traer una paz real a la población, pero sin dejar de lado el respeto a los derechos humanos.

Mira el programa completo: 

Escucha el programa completo: