La estabilización de la economía y la generación de consensos mínimos, son dos de los principales retos que tendrá el próximo presidente de la República.

En Decisión Ecuador 2023, con Jorge Ortiz, el director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, Francisco Sánchez, explicó que la historia del país da cuenta de que las relaciones entre el poder Ejecutivo y el Legislativo siempre han sido conflictivas, y las diversas reformas institucionales han abonado al problema que tenía el presidente Guillermo Lasso para consolidar una mayoría parlamentaria que viabilice la gobernabilidad.

A ello se suma la muerte cruzada, mecanismo con el cuál el Primer Mandatario disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones anticipadas. Por ello, Sánchez señaló que es necesario reformar el modelo de relaciones entre estos dos poderes del Estado, caso contrario, «la situación del país va a repetirse siempre, con cualquier presidente que venga».

Por otro lado, Sánchez consideró que los 18 meses que tendrá el próximo presidente para ejercer el mandato representa una ventaja y desventaja al mismo tiempo, pues las medidas que pueda adoptar en un primer momento podrían catapultarlo para los comicios de 2025 o, por el contrario, minar todas sus posibilidades de aceptación ciudadana. En cuanto al problema del narcotráfico y el crimen organizado, el catedrático insistió en la importancia de que el nuevo mandatario recurra a cooperación internacional, pues las afectaciones no son exclusivas de Ecuador sino de muchos otros países del mundo.

Para Alberto Acosta Burneo, analista económico, Ecuador está atravesando por un proceso de ajuste económico que no termina de consolidarse y eso se evidencia en que la gobernabilidad es viable cuando existen los recursos suficientes para administrar, como sucedió durante los 10 años de mandato de Rafael Correa. «Cuando hay mucho dinero es muy fácil ser popular», apuntó.

No obstante, con factores como la caída en los precios del petróleo la situación se complica y empiezan a surgir los problemas para el Gobierno. Uno de los ajustes económicos que citó Acosta fue la reducción de la inversión pública, en 2015, durante el segundo período presidencial de Correa. Sin embargo -lamentó- el Gobierno continuó endeudándose «agresivamente» y ese es uno de los motivos por los cuales el Ecuador no termina de adaptarse al ajuste.

Por ello, explicó que quien llegue a ocupar el sillón de Carondelet tendrá una tarea complicada, pues deberá continuar con acciones que permitan estabilizar la economía nacional y al mismo tiempo establecer consensos mínimos con diversos sectores políticos para que esto se materialice. Esto en medio del inminente cierre del bloque petrolero 43, conocido como Yasuní ITT, tras los resultados de la consulta popular del pasado 20 de agosto.

De su lado, Gustavo Larrea, exministro de Gobierno, explicó que a esa crisis económica se suma la de seguridad y la del sistema de justicia, producto de la infiltración del crimen organizado en la sociedad y las instituciones del país. «Ecuador ya no es solo un país de tránsito de la cocaína, sino que es el supermercado, el Amazon de la droga», lamentó.

En ese sentido, manifestó que es urgente que todos los actores de la sociedad sean conscientes del cambio de relaciones que se generaron en el país a raíz de estos factores, y en base a ello se puedan plantear alternativas, dentro de una línea común, para revertir las crisis en las dos áreas antes mencionadas, y también en el ámbito social. «Un país se puede sostener en la medida que garantiza la convivencia», sostuvo Larrea.

Larrea también, explicó que se debe tomar en cuenta la expansión de la economía hacia el mercado mundial, pues al momento existen más de 2.600 productos de exportación y cuyas cifras rebasan ampliamente las exportaciones petroleras y mineras.

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