Europa es la región del mundo donde más disminuyó la libertad de prensa en la última década y sus medios sufren una creciente amenaza terrorista, según el informe anual publicado hoy por la organización independiente Freedom House.

El 66 % de la población europea vive en países donde la prensa es libre, mientras que el 21 % tiene acceso a prensa «parcialmente libre» y el 13 % no goza de prensa libre, concluye este estudio, que se presenta hoy en el «Newseum», el museo dedicado al periodismo de Washington.

El informe evalúa el grado de libertad de prensa en 199 países y territorios, a los que otorga una puntuación entre el 0 (máxima libertad) y el 100 (mínima), lo que sirve de base para determinar si tienen prensa «libre», «parcialmente libre», o «no libre».

Turquía y Macedonia no tienen prensa libre, mientras que en 11 países (como Hungría o Italia) solo lo es «parcialmente» y en 29 (como España y Francia) es libre.

En Turquía, el Gobierno «se aprovecha» de las amenazas a la seguridad para «intensificar su mano dura» contra los medios, usando leyes antiterroristas para detener a periodistas críticos, censurando medios digitales y deportando a periodistas extranjeros en relación con «la insurgencia kurda, el conflicto sirio y el movimiento Gülen».

Los ataques y amenazas de muerte en Macedonia y Bosnia «despiertan preocupación», con «numerosas violaciones» cometidas contra reporteros que investigaban corrupción gubernamental, mientras que en Serbia «múltiples» periodistas sufrieron agresiones físicas, lo que aumentó la autocensura.

En Polonia, el Gobierno se hizo con un «mayor control de los medios» gracias a una nueva ley de finales de año, lo que presagia un 2016 de «creciente tensión» entre el Ejecutivo y la prensa.

La crisis de los refugiados que tratan de llegar a Europa «resultó en una variedad de limitaciones a la libertad periodística», con el caso de Hungría como el más prominente.

En ese país, la Policía agredió a, al menos, siete periodistas extranjeros «que intentaban cubrir los enfrentamientos violentos entre los policías antidisturbios y los migrantes».

El atentado terrorista contra la sede parisina del semanario satírico «Charlie Hebdo» en enero de 2015 despertó manifestaciones en todo el mundo a favor de la libertad de expresión, pero «a medida que siguió el año las libertades para los medios en algunas de las democracias más fuertes del mundo afrontaron la presión de Gobiernos preocupados por la seguridad y de políticos populistas».

«Funcionarios en Francia, España y el Reino Unido propusieron leyes restrictivas en 2015 en nombre de la seguridad pública, que se adoptaron en los dos primeros países, mientras que la británica se debate aún», señala el informe.

El atentado al «Charlie Hebdo» convirtió a Francia en el segundo país con más periodistas asesinados (8) en 2015, solo por detrás de Siria (14), y dio paso a «legislación para la vigilancia masiva y la autocensura por temores de seguridad».

El informe señala la Ley de Seguridad Ciudadana aprobada en España en 2015, que «impone duras multas financieras para cualquier individuo que, en una protesta e incluidos los periodistas, se niegue a identificarse ante las autoridades, desobedezca órdenes de dispersión, o difunda imágenes no autorizadas de las fuerzas de seguridad».

Sobre el punto de esa ley referido a la difusión de «imágenes no autorizadas de las fuerzas de seguridad», Freedom House considera que «amenaza el trabajo de los fotoperiodistas y de otros que busquen informar al público de los abusos policiales».

España mantiene la misma puntuación de los últimos años, 28, mientras que Francia pasa de 23 a 28 y Reino Unido empeora de 24 a 25.

Freedom House, fundada en 1941 en Nueva York y ahora con sede en Washington, es una organización internacional no gubernamental que promueve las libertades y la democracia en el mundo y es reconocida por sus informes.