El Parque Nacional Yasuní es una de las zonas con mayor biodiversidad por metro cuadrado del mundo, pero asimismo, conserva la mayor reserva de petróleo del Ecuador. En Decisión Ecuador 2023, con Jorge Ortiz, tres perspectivas distintas pusieron sobre el tapete los escenarios que le esperarían al país después del 20 de agosto, cuando se someta a votación si es que debe permanecer o no bajo tierra el crudo que se extrae del bloque 43.

Ramiro Ávila, exjuez de la Corte Constitucional y abogado del colectivo Yasunidos, explicó que son tres las principales razones para apoyar la iniciativa de mantener el crudo bajo tierra: el respeto a la naturaleza como sujeto de derechos, la necesidad de preservar los pueblos indígenas que habitan en la zona, y contribuir para frenar la crisis climática que atraviesa el planeta.

Aunque reconoció que la cantidad de CO2 que emite Ecuador no es la misma que las del primer mundo, como China o Estados Unidos, no se puede evadir la parte de responsabilidad que tiene el país frente al calentamiento global.

Además, Ávila recordó que no se suspendería del todo la explotación petrolera, pues la actividad también se desarrolla en los bloques 31 y 16. «Esto sería una muestra muy significativa hacia el mundo», apuntó.

A este criterio se opuso Fernando Benalcázar, exviceministro de Energía y Minas, quien consideró que no se pueden dejar de explotar los recursos que tiene el país por una idea de conservación ambiental, pues no se puede negociar los derechos de la naturaleza cuando están en juego los del ser humano.

Por el contrario, afirmó que el extractivismo trae beneficios para el desarrollo de las poblaciones donde se ejecuta esta actividad.

De igual forma, sostuvo que dejar de explotar el bloque 43 ITT representaría un desequilibrio económico para el país y que existen otras áreas del Parque Nacional Yasuní que están en riesgo por otras prácticas, como la tala indiscriminada de árboles. «Tenemos que ver por el futuro del Ecuador y saber que el petróleo puede acabarse en 20 años; mientras exista posibilidad de generar ingresos, se debe hacerlo», señaló.

Para Ramiro Rivera, analista político, se cometió un gran error el unir la consulta popular del Yasuní con los comicios generales, pues la polarización del electorado podría dar pie a que se elija en base a emociones y no a un razonamiento profundo, como se requiere en este caso.

De igual modo, consideró que este proceso debería ser resuelto por las autoridades nacionales, pero al no existir un liderazgo y serio compromiso, se da paso a que la decisión final quede en la población.

Finalmente, resalto que existe una ausencia del Estado en esta zona y que muchas veces las prioridades de la clase política están donde se concentran los votos. «Probablemente será bueno que gane el ‘SÍ’, para que sea al menos un pequeño golpe a la capa de liderazgo ecuatoriano; en esa pregunta, mi inclinación irá por el ‘SÍ'», aseveró.

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