El pasado miércoles 17 de julio, el Tribunal de Garantías Penales de Pichincha dictó una sentencia de 25 años de reclusión mayor especial para el pastor evangélico, Jonathan C., por el delito de plagio con resultado de muerte de Juliana Campoverde.
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En este contexto, la madre de Juliana, Elizabeth Rodríguez, explicó que aunque esta sentencia representa un avance en el caso, la investigación aún no ha terminado porque todavía se desconoce qué pasó realmente con su hija. Esto se debe a que el implicado se acogió al derecho al silencio para no dar más información sobre lo sucedido.
Rodríguez afirmó que se ha sentido burlada por la iglesia, pues no ha recibido ningún tipo de apoyo ni solidaridad por parte de ninguna institución religiosa. «Se suponía que si yo gritaba que un pastor desapareció a mi hija, era para que las autoridades evangélicas me ayuden; sin embargo, lo que hicieron fue otorgar el sigilo de confesión a Jonathan C.», enfatizó.
#NoemíRodríguez: «Yo llevé a mis hijos a esta Iglesia con otros fines, no para que desaparecieran a mi niña. Por eso pido el cierre de esta Iglesia.» #JulianaCampoverde #NotiMundoalaCarta pic.twitter.com/iulEcRz0B1
— NotiMundo (@notimundoec) August 16, 2019
Para la madre de la víctima, es claro que el silencio que los implicados han guardo sobre el caso significa que se sigue encubriendo a alguien más. De hecho, este delito podría develar «una red de trata de personas que se aprovecha de la vulnerabilidad de la gente que busca guía espiritual«.
Por este motivo, Rodríguez afirma que es vital que las autoridades otorguen más control sobre los cultos religiosos y sus dirigentes; ya que, por ejemplo, la iglesia evangélica que fue cerrada por este caso «ya se encuentra abriendo otro establecimiento«.
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